Retail - Consumo

El precio del aceite de oliva baja casi un 5% en el campo y da un respiro a Deoleo, Acesur y Dcoop

El precio del aceite en el campo ha empezado a dar un pequeño respiro a la industria. Con el inicio de la nueva campaña, el coste que pagan empresas como Deoleo, Acesur o Dcoop, entre otras, encadena mes y medio de descensos y ha bajado casi un 5% desde mediados de septiembre hasta el cierre de octubre, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Así, si en la semana del 11 al 17 de septiembre el precio se pagaba a 848,8 euros por cada cien kilos de aceite virgen extra, en la última semana del mes de octubre había bajado ya a 810,1 euros. En el sector explican que las almazaras están mostrando más flexibilidad a la hora de negociar los precios porque las expectativas de producción son buenas. Todo indica así que con las últimas lluvias, y según vaya avanzando la campaña que comenzó en octubre, el precio se irá moderando poco a poco en origen.

El conjunto del mercado del aceite de oliva del mediterráneo ha entrado, de hecho, es una espiral a la baja.

Buena prueba de ello es que algunos operadores en nuestro país ya están tirando el anzuelo de ofertas para los meses de febrero, marzo y abril a 7,80/kg, según publicaba recientemente la revista especializada Olimerca. Tanto la industria envasadora como la distribución confían asimismo en que aún hay recorrido para nuevos ajustes de precios en origen.

No obstante, parece muy complicado que se pueda trasladar a corto plazo al consumidor. De hecho, el presidente de Deoleo, Ignacio Silva, ha advertido ya de que los precios no empezarán a estabilizarse en las tiendas hasta por lo menos el próximo mes de junio. Y es que a pesar de el precio que se están pagando en origen está disminuyendo, tardará todavía tiempo en trasladarse al conjunto de la cadena alimentaria.

Reducción de márgenes

Con el litro de aceite virgen extra en precios récord de 10 y hasta 12 euros en algunos casos en los supermercados, las patronales Anierac y Asoliva han defendido en las últimas semanas que "cumplen estrictamente con la Ley de la Cadena y se respeta que nuestros precios de venta nunca sean inferiores a los precios reales de adquisición a los olivareros".

La industria, de hecho, asegura que se ha visto obligada a reducir sus márgenes y empresas como Deoleo han entrado incluso en pérdidas. Esta empresa, propietaria de marcas como Carbonell o Koipe, registró unas pérdidas en el primer semestre del ejercicio de 9,7 millones, que contrastan con el beneficio neto de 5,6 millones en los seis primeros meses de 2022.

"Quien conozca el mercado sabe que el sector envasador ha reducido sus márgenes significativamente en el último año. La industria ha mostrado reiteradamente su preocupación por los mensajes que apuntan a los márgenes comerciales como responsables de esta escalada", explican las dos patronales del sector. La fuerte subida de los precios está provocando, además, una caída en picado del consumo. De acuerdo con el último informe mensual elaborado por Anierac, las ventas acumuladas de aceite de oliva durante estos los primeros meses de 2023 ha disminuido un 15,7%, desde 231,53 millones a 194,79 millones de litros.

La razón de que los precios del aceite se hayan disparado está en la brusca caída de la producción debido a las altas temperaturas en la época de la floración y a la falta de lluvia. Según las previsiones hechas el pasado mes de cotubre por el ministerio de Agricultura, la campaña que acaba de comenzar se situará en el entrono de las 765.300 toneladas, lo que supone un 15% más que la anterior, pero que se sitúa un 34% por debajo de la media de las últimas cuatro.

En cualquier caso, se trata solo de una primera estimación, según señalan desde Agricultura, y todo dependerá finalmente de que la sequía llegue a su fin y empiece a llover con cierta regularidad, con lo que se podrían superar las 800.000 toneladas, de acuerdo con las estimaciones hechas por el sector.

La falta de producción en España ha provocado que la industria aceitera española se haya visto obligada a traer aceite de otros países, tanto de la cuenca mediterránea como de Sudamérica y hayan tenido que recortar las ventas en el exterior.

Compras fuera

Aunque España es el mayor productor del mundo está sufriendo un desplome de las exportaciones del 35% en el acumulado hasta el mes julio respecto a la media de los siete primeros meses de años anteriores. Si hace solo dos años los olivares españoles llegaron a concentrar más de un tercio de toda la producción mundial -hace diez años llegaron a representar incluso la mitad- ahora la situación es completamente distinta. Salvo casos excepcionales, como el de Turquía o Grecia, que han aumentado su cosecha, todos los demás países productores han sufrido un recorte. La campaña que acaba de empezar marcará ahora el futuro.

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