
El Grupo Osborne alcanzó el año pasado, el de su 250 aniversario, unas ventas netas de 241 millones de euros, un 14% más que en 2021, con un ebitda de 38,6 millones, un 9% superior al del año anterior, tal y como han anunciado en su Junta General de Accionistas.
Los resultados de 2022, según la compañía, muestran además que ha reforzado su posición respecto a 2019, incrementando desde entonces sus ventas y el ebitda y reduciendo su deuda bancaria en más de un 50%. Los resultados llegaron acompañados de un mayor peso de las ventas procedentes de marcas propias, del negocio internacional y de las marcas más premium del portafolio sobre la cifra total del negocio.
Todo ello acompañado de un importante plan de inversiones, que el año pasado superaron los 10 millones de euros, orientado a reforzar la eficiencia en las operaciones y a asegurar los objetivos de sostenibilidad de la compañía.
Osborne recalca que estos buenos resultados han sido posibles a pesar de que sólo ha repercutido parcialmente en sus precios la importante subida de costes y gracias a la ejecución de las principales líneas del citado Plan Estratégico, entre las que se encuentran el refuerzo del portafolio de marcas, la internacionalización, la digitalización, la consolidación industrial, la revisión del modelo comercial y llegada al mercado, la desinversión de activos no estratégicos, el refuerzo de la organización y cultura internas, y el ejercicio de la responsabilidad social corporativa canalizada prioritariamente a través de la Fundación Osborne.
Además de aprobar las cuentas del grupo, la junta ha nombrado a Sofía Osborne como presidenta, que aseguraba "asume este reto con enorme ilusión y sentido de la responsabilidad, con la ambición de preservar el legado recibido y de continuar reforzando la compañía en línea con su Plan Estratégico".