A los británicos se les acumulan los problemas. Al ya conocido 'Vegxit', en el que los supermercados de Reino Unido están viéndose obligados a racionar algunas de las verduras más comunes, se le sumó hace poco la escasez de peras y manzanas para los próximos meses.
Y como no hay dos sin tres, la última novedad llega como consecuencia de una inflación desorbitada. Según publica Bloomberg, cada vez más británicos están ahorrando dinero comiendo alimentos cuya fecha de vencimiento ha expirado y tomando menos medicamentos recetados.
En concreto, una cuarta parte de los jóvenes que toman medicamentos recetados pagados están usándolos menos para reducir el gasto, y más de una quinta parte de todos los británicos están comiendo productos caducados debido a la creciente inflación de los alimentos, según reveló este pasado jueves la Oficina de Estadísticas Nacionales.
Todas estas cifras ponen de relevancia las dificultades a las que se están enfrentando los ciudadanos del Reino Unido, cuyos salarios continúan sin poder seguir el ritmo del incesante aumento de los precios. En esta línea, la tasa de variación anual del IPC en febrero fue del 10,4%, 3 décimas superior a la del mes anterior. La variación mensual del IPC fue del 1,1%, de forma que la inflación acumulada en 2023 es del 0,6%.
La encuesta también encontró que las tensiones que se están viviendo en el sector de la salud están impidiendo que las personas busquen tratamiento. En este sentido, una quinta parte de los adultos informaron que necesitaban ver a su médico, pero decidieron no hacerlo en parte a las largas tandas de espera.
