
La inflación cayó medio punto en noviembre con respecto a octubre y se sitúa en torno al 6,8%, su nivel más bajo desde comienzos de año. Por su parte, la inflación subyacente avanzó una décima hasta el 6,3%.
Pero esta ralentización del Índice de Precios al Consumo (IPC) todavía no se ve reflejada en el carrito de la compra. Según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios de los alimentos marcaron una subida récord, al encarecerse un 15,3% el penúltimo mes del año.
Pero lo que realmente llama la atención es que, dentro del desglose de la lista de la compra, los productos más básicos como el aceite, la leche o el azúcar suben más de un 30% en solo un año. En concreto, el azúcar es el producto que más ha incrementado su precio con respecto a noviembre de 2021 (+50,2%). El aceite, por su parte, se sitúa en segunda posición con un incremento porcentual del 31,5. Finalmente, el precio de la leche subió un 30,9% con respecto al undécimo mes de 2021.
Pero, en líneas generales, todos los productos de alimentación (básicos y no básicos) se han encarecido. Los huevos han subido un 27,1% interanual; los lácteos y las patatas vieron crecer sus precios en torno a un 22% y la carne de cerdo y de ternera subieron un 13,2% en solo un año. El precio del pollo se disparó un 16,6% en comparación con noviembre de 2021 y tanto las legumbres y hortalizas frescas como las preparadas son un 15% más caras.
Por su parte, comprar pescado fresco y congelado cuesta este año un 11% más que a finales de 2021 y el marisco es un 12,5% más caro que hace un año.
Los productos que menos se han encarecido fueron la fruta fresca (+9,2%) y la preparada (este componente comprende las frutas en conserva y los frutos secos), que cuestan un 7% más que el año pasado. La carne de ovino ha tenido mejor comportamiento, ya que solo ha crecido un 5,5% e, incluso, en lo que va de 2022, el precio ha bajado un 2,2% hasta noviembre. Precisamente, la mayor crecida de precios de estos productos se produjo a lo largo de 2022 a causa de la subida de la energía.
Según los datos del INE, la gasolina y la electricidad son las que han provocado esta moderación de los precios durante el mes de noviembre y, en menor medida, también lo hicieron los productos de vestido y calzado.
En concreto, en el hogar, la bajada de los precios de la electricidad y, en menor medida, del gasóleo para calefacción. Este grupo provocó una bajada del 0,47% en el IPC general.
Por otro lado, los hoteles, cafés y restaurantes también tuvieron su repercusión, sobre todo debido a la caída de los precios de los servicios de alojamiento. Aunque el INE recalcó que "cabe señalar" la subida de los precios de la restauración debido, precisamente, a este encarecimiento de la mayoría de los productos de la cesta de la compra.
Al mismo tiempo, también influye que los precios del calzado y de la ropa hayan subido menos de lo que lo hicieron en noviembre del año pasado con el cambio de temporada.
La bonificación en el transporte implantada por el Gobierno y las comunidades autónomas, así como las medidas para contener los precios de la energía parece que están teniendo un efecto directo sobre el IPC. Las mayores bajadas de precio se produjeron, precisamente, en el transporte combinado de pasajeros, que cayó un 38,7%, la electricidad (-22,4%), el transporte de pasajeros en metro (-18,2%), el transporte en autobús (-12,4%) y los equipos de telefonía móvil (-7,7%).
En el caso de la inflación subyacente (cálculo que se hace sin meter los productos no elaborados y energéticos, que suelen ser los más volátiles), esta creció en noviembre una décima, hasta situarse en el 6,3%, y está cinco décimas por debajo del IPC general.