
Ante la subida de los precios, los hosteleros se han visto obligados a reducir su carta para ofertar productos más baratos o han tomado la decisión de que las bebidas no están incluidas en el menú. Mientras tanto muchos consumidores han optado por pasarse a la fiambrera.
Según datos de la patronal Hostelería de España, el coste del menú del día había aumentado sólo una media del 9% desde 2016, y sin embargo sólo en estos nueves meses los precios han subido un 9,4 %. Según fuentes del sector, esto se debe principalmente a los costes de la energía.
Además, el precio de algunas materias primas, como el aceite o el café, también han afectado al encarecimiento del menú del día. Fuentes del sector aseguran que "en estos últimos meses, hemos pagado un 10 % más de lo normal para poder comprar carne, marisco, aceite, verdura y cerveza".
Así, en establecimientos donde el precio del menú sea entre 12 y 13 euros supondrá un coste adicional de 22 euros al mes por comer cada día. "Cada mes tenemos que ahorrar más que el anterior", alega un hostelero.
La inflación está afectando a todos y los clientes también se quejan del encarecimiento. No obstante, los hosteleros siguen siendo optimistas de cara al futuro y esperan que la situación mejore de cara a los próximos meses y en especial a la campaña de Navidad para evitar perder más clientes.