
El whisky escocés no parece que le haya afectado la pandemia. Ni tampoco el Brexit. Ni los problemas en las cadenas de suministro. Ni la inflación. Más bien al revés. Esta bebida alcohólica no solo ha logrado resistir a todo lo que se le ponía por delante, sino que ha conseguido tanta inversión en estos últimos tiempos que el número de destilerías en las cinco grandes productoras del país está en su punto más alto desde la Segunda Guerra Mundial. Tras un 2020 horrible, cayendo a un mínimo de 10 años, 2021 fue un año esperanzador gracias al impulso en América Latina y un fuerte crecimiento en Asia Pacífico.
Hoy en día, el whisky escocés es un producto global con más de 180 mercados de exportación. En 2021, representó el 75% de las exportaciones de alimentos y bebidas de Escocia y el 22% de las exportaciones de alimentos y bebidas del Reino Unido, según el organismo de la industria Scotch Whisky Association (SWA). En este sentido, la industria del whisky escocés aporta unos 6.600 millones de dólares en valor añadido bruto a la economía del Reino Unido.
Los datos de la Scotch Whisky Association muestran que las exportaciones de whisky escocés están en camino de, al menos, igualar su nivel de 2019 de 6.000 millones de dólares, habiendo alcanzado los 2.600 millones de dólares a finales de mayo.
Para el futuro, los datos no pueden ser más esperanzadores, ya que se estima que el mercado de whisky escocés mueva 33.000 millones de dólares para 2027, logrando una tasa de crecimiento anual compuesto del 6,7% durante ese periodo, tal y como se puede desprender del reciente informe de Global Market Insights. Por su parte, el valor del whisky cruzará los 85 millones de dólares para el mismo año.
La principal causa de esta tendencia es que cada vez hay mayor demanda en mercados emergentes, como Asia Pacífico, China, Estados Unidos, Latinoamérica e India. Buena prueba de ello fueron los 19 millones que pagó un coleccionista asiático por un barril de whisky escocés de 1975.
Mercados
Precisamente, en China, las ventas de whisky escocés se han multiplicado por diez en los últimos 20 años. En 2021, según datos de la SWA, los envíos a China aumentaron un 84,9%. Visto lo visto, estas empresas británicas están invirtiendo para lograr posicionarse en el gigante asiático y parece difícil que esta industria no pegue el estirón en los próximos años.
Aunque si hablamos de mercados más valiosos para el whisky escocés no podemos dejar al lado a Estados Unidos. El arancel impuesto (25%) en 2019 por Trump pudo suponer un antes y un después para la industria, sin embargo, dos años después se llegó a suspender tras las reuniones mantenidas entre EEUU y la UE. Para poner en contexto la importancia de este mercado, los aranceles causaron más de 850 millones de dólares en exportaciones perdidas, según la Asociación del Whisky Escocés.
Otro de los mercados top para el whisky es la India. En la actualidad se venden más de 50 millones de botellas de whisky en la India, pero el escocés solo representa el 2% (la mayoría bebe whisky indio muy barato). Los aranceles (150%) impuestos por el gobierno indio han creado un mercado caro y complejo. Aún así, creen que unos "aranceles reducidos brindarían más opciones e impulsarían la propia producción de whisky de la India", cuenta Jean-Etienne Gourgues, presidente y director ejecutivo de Chivas Brothers.
Por su parte, Asia Pacífico está percibiendo un crecimiento insólito del whisky escocés en las exportaciones (21,4%). Se espera que el aumento de la renta disponible en las economías como Taiwán, Vietnam, Malasia y Singapur sea la principal fuerza impulsora.
Por último, Latinoamérica es la región de mayor crecimiento, con unas exportaciones que aumentaron un 70,7%. Brasil y México se han convertido en grandes mercados del whisky escocés y lugares como Chile, Argentina y Colombia están desarrollándose rápidamente. Los consumidores locales consideran que el whisky escocés es un símbolo de estatus y, cuando alcanzan cierto nivel de ingresos, quieren que se les vea bebiendo marcas famosas, caras y reconocibles.