
Mientras que los precios del melón y la sandía caen el campo hasta un 70%, en los supermercados no dejan de subir. En el último año, los precios de la sandía o el melón se sitúan en los 2,23 euros y los 2,41 por kilo, respectivamente. Sin embargo el agricultor cobra hasta 11 veces menos de lo que paga el consumidor final.
La fuerte subida del precio de frutas como la sandía o el melón no solo ha desatado la alarma entre los consumidores sino que el debate ha llegado incluso al Congreso de los Diputados, con una interpelación el pasado miércoles de Gabriel Rufián (ERC) al presidente del Gobierno.
Pero, ¿qué es lo que está pasando realmente? En el último año, debido al incremento de los costes de los supermercados, los precios de la sandía o el melón prácticamente se han duplicado, alcanzando los 2,23 euros por kilo de media en el primer caso y los 2,41 euros en el segundo. Es una subida que no solo no se está trasladando al campo, sino que además ha provocado un descenso del consumo que está hundiendo el precio que se paga a los agricultores.
Según explica Andrés Góngora, responsable de frutas y hortalizas del sindicato agrario Coag, "el melón ha pasado de pagarse a 1,05 euros por kilo en el campo el pasado mes de mayo a tan solo 0,30 euros, dependiendo del tipo y la sandía, que se pagaba a 0,87 se está abonando ahora a entre 0,10 y 0,30 euros". Es decir, que la diferencia se ha ensanchado y el agricultor está cobrando ya hasta 11 veces menos del precio al que están vendiendo el producto los supermercados.
Condiciones climatológicas
Góngora explica que "en mayo los precios subieron debido a que la producción cayó como consecuencia de las malas condiciones meteoreológicas, con lluvias intensas en zonas agrícolas donde habitualmente no sucede, y a fenómenos como el de la calima".
Ahora, sin embargo, "debido al desplome del consumo de sandías o melones, que según nuestras estimaciones podría haberse hundido hasta un 50% debido a la fuerte subida de los precios en las tiendas, hay un exceso de oferta en origen que esta provocando que se pague mucho menos al agricultor".
Los casos de la sandía y del melón no son, sin embargo, los únicos. La diferencia de precios entre lo que se paga en origen y en las tiendas alcanza el 765% en el caso de la naranja -1,47 euros el kilo en los supermercados y 0,17 en el campo; se eleva al 383% en el de la pera -2,61 euros frente a 0,54- y hasta el 322% en el de la nectarina -4,81 euros frente a 1,14 euros-.
El precio de los alimentos mantiene, en cualquier caso, una escalada imparable en los últimos meses, lo que ha llevado el coste de la cesta de la compra a niveles nunca vistos hasta ahora. De hecho, los alimentos básicos están creciendo a un ritmo mucho mayor que el IPC.
Según un estudio realizado por la plataforma de pagos Gelt, mientras que el IPC de mayo subió un 0,8% mensual, productos como el pan, los plátanos, la harina o los cereales, lo hicieron un 4,5%, lo que supone multiplicar el incremento por 5,6.
Gelt analiza más de 800.000 tickets cada mes y ha detectado que las mayores subidas correspondieron a alimentos como el pan (9,6%); los plátanos (8,6%); la harina (7,6%); los cereales (6,7%) y las judías verdes (6,6%).
Y el problema es que lejos de frenarse, parece que estas subidas van a ir a más. Y es que las altas temperaturas que ha soportado la Península Ibérica durante los meses de mayo y junio pueden mermar la producción de cereal hasta un 50% dependiendo de la zona, lo que encarecería aún más los costes de producción.
Todo ello teniendo en cuenta que, en lo que llevamos de año, el trigo se ha encarecido ya un 36,2% como consecuencia de la guerra de Ucrania y el maíz un 30%en los mercados internacionales.
El sindicato agrario Asaja advirtió ya en mayo, antes de la última ola de calor, que España se enfrentaba a una reducción del 21% de la producción de cereales en España debido a las altas temperaturas y la falta de lluvia durante el mes pasado.