Retail - Consumo

Los fondos alertan de falta de liquidez en Siro si no hay una venta rápida

  • Advierten de que podría acabar vendiéndose por partes o incluso en liquidación

Siro se encamina al abismo ante el rechazo de los trabajadores a aprobar el plan de viabilidad, que supone una rebaja salarial del 10% y el cierre de la planta de Venta de Baños (Palencia). Los fondos Davidson Kempner (DK) y Afendis, que han acordado la compra del 75% del capital de la empresa, se han mostrado firmes ante el rechazo de los trabajadores al plan, advirtiendo de que Siro corre el riesgo de quedarse sin liquidez si no hay una inyección rápida de capital, pudiendo acabar en una venta por partes o incluso en una liquidación.

DK y Afendis habían pactado una inyección de capital de 180 millones, pero tanto esta operación como la reestructuración de los 400 millones de deuda pactada con los acreedores están pendientes de la aprobación del plan de viabilidad presentado. Y de momento la situación es muy complicada porque tres de las cuatro fábricas del grupo han rechazado el recorte salarial. Los trabajadores de las dos plantas de Venta de Baños (Palencia) y los de la factoría de Toro (Zamora) han votado en contra y solo los de Aguilar de Campoo (Palencia) la han aceptado.

Por el momento, la compañía no parece haber tirado la toalla y asegura que, tras el rechazo al plan de viabilidad, "estamos valorando la situación y viendo los próximos pasos a seguir", aunque no aclaran la posición de los fondos compradores, que condicionaron la operación a la asunción de rebajas salariales por parte de la plantilla.

Guerra política

Desde las Administraciones Públicas se redoblaron ayer los llamamientos a retomar el diálogo entre las partes para impedir el cese productivo de una de las compañías agroalimentarias señeras, aunque no desaprovecharon la ocasión de tirarse los trastos a la cabeza.

Así, el consejero de Economía y Hacienda y portavozdel Gobierno regional, Carlos Fernández Carriedo, pidió a las partes un acercamiento que "garantice el futuro de la empresa y de sus trabajadores", a la vez que culpó a la ministra de Industria, Reyes Maroto, de hacer "oposición en vez de hacer un buen servicio a los ciudadanos".

Poco antes Maroto había asegurado que, en este asunto, "el gran ausente es la Junta de Castilla y León. No he tenido hasta el momento ninguna interlocución con el nuevo Ejecutivo regional ni con el nuevo consejero de Industria, y por eso les pido que den la cara, tomen el pulso a este problema y pongan en marcha las medidas necesarias para defender la industria en esta comunidad".

Maroto confió en que el nuevo inversor, que ha planteado la recolocación de los afectados en otras plantas, refuerce su oferta inicial a fin de que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo, algo que precisamente ha llevado a los sindicatos a rechazar el plan.

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