El Tesoro coloca entre inversores particulares 6.000 millones en un nuevo bono sindicado con vencimiento en octubre de 2029, a un interés del 0,63%. Lo que supone reducir a más de la mitad de lo pagado a los inversores respecto a la última operación de enero. La demanda ha superado los 27.000 millones. El emisor, de esta manera, aprovecha las condiciones excepcionales del mercado en el que la deuda española ofrece una rentabilidad histórica del 0,55% por los bonos a diez años.
La deuda periférica se ha convertido en un caramelo para los inversores frente a la deuda alemana, que registra intereses negativos en mínimos históricos. Después de que el BCE anunciara que retrasa la subida de tipos oficiales hasta mediados de 2020, las tasas negativas se han instalado en la deuda soberana alemana y han elevado el atractivo de los bonos de otros países europeos. Esta circunstancia junto a las tensiones de la renta variable y el pesimismo sobre la economía ha provocado un cambio del flujo del dinero del que se está beneficiando la deuda española.
La rentabilidad de la deuda española a diez años se encuentra en mínimos históricos por debajo del 0,6%, al igual que pasa con la portuguesa o la irlandesa, que también marca niveles históricos. El Tesoro ha aprovechado las condiciones del mercado para renovar la referencia a diez años con una emisión de 6.000 millones de euros. La última de estas características fue el pasado mes de enero, en la que el emisor español recibió una demanda histórica de 50.000 millones.
El principal objetivo de la colación es abaratar el coste de los intereses de la deuda. Actualmente, la referencia del mercado cuenta con un cupón del 1,45% a vencimiento, fijado para abril de 2029. La última operación de enero se fijó con 65 puntos básicos sobre mid swap. Inicialmente, las condiciones para la emisión de hoy se situaba en 37 puntos básicos. Pero, finalmente, se ha podido rebajar a 33 puntos básicos, con lo que los intereses se han situado al 0,63%. El cupón ha quedado en 0,6%.
Desde principio de año, el interés de la deuda se ha reducido un 50%. Las emisiones sindicadas son utilizadas por los emisores para fijar el bono que sirve de referencia al mercado. Al contrario que en las emisiones ordinarias, estas no se colocan a través de una subasta entre los inversores que pujan por ofrecer el interés más bajo. La colocación se realiza directamente a través de bancos entre sus clientes. En esta ocasión ha participado BBVA, Crédit Agricole, Citi, HSBC, JPMorgan y Société Générale.
El Gobierno ha reducido la emisión neta de deuda pública prevista para 2019 a 30.000 millones de euros, frente a los 35.000 millones inicialmente estimados, gracias a la buena evolución de los ingresos fiscales, la ejecución presupuestaria y el ahorro obtenido en la gestión del Tesoro.
La participación de inversores no residentes ha alcanzado el 86% de la sindicación, la cifra más alta de los últimos años. Tanto la elevada demanda como la reducción de los tipos de interés ponen de manifiesto la confianza de los inversores internacionales en la fortaleza de la economía española.
Entre los inversores destaca la participación de Reino Unido e Irlanda, con un 26,1%; seguido del conjunto de Alemania, Austria y Suiza, con un 18,1%; Francia e Italia, con un 15,6%; Asia, con un 10,7%; y Estados Unidos y Canadá, con un 6,7%. El resto de regiones han obtenido un 8,8% de la emisión.
Atendiendo al tipo de inversor, la mayor participación ha correspondido a las gestoras de fondos, con un 47,2%; seguido de las tesorerías bancarias, con un 20,9%; aseguradoras y fondos de pensiones, con un 13,5%; bancos centrales e instituciones oficiales, con un 8,3%; y fondos apalancados, con un 2,0%. Otros inversores han representado un 8,1%.
Con esta tercera sindicación del ejercicio 2019 el Tesoro ha ejecutado el 57,7% de su objetivo de emisión a medio y largo plazo para todo el año (121.933 millones de euros).