Madrid
Ya estamos en plenos fastos electorales. Sin prisa pero sin pausa, el PSOE ha preparado y puesto en marcha todo su armamento de cara al 28-A, centrado en una campaña que los socialistas aspiran a hacer viral bajo el nombre 'La España que quieres', con una pegadiza banda sonora coronada por versiones contemporáneas de clásicos inmortales como 'Mi Querida España' o 'Como yo te amo'. Todo muy improvisado, vamos. Como si no hubiera habido previsión de adelantar los comicios.
Hay optimismo entre los socialistas, y es lógico. Es altamente improbable, casi imposible, que se repita la debacle de 2016, cuando se quedaron en 84 diputados. La mejora se va a lograr en gran medida gracias a la pérdida de votos que presumiblemente sufrirá Podemos y que las encuestas predicen. La formación que lidera Pablo Iglesias, atosigada por no haber cubierto las elevadas expectativas generadas en su electorado y despedazada por las disensiones internas, asiste con desesperanza a los próximos comicios.
Sin embargo, el hundimiento de Podemos preocupa en el PSOE. Sus primeros espadas son plenamente conscientes de que el socialismo no recogerá todos los votos que se deje por el camino el partido morado y temen que la gran vencedora de su caída en desgracia sea la abstención. Ello podría llevar, tal y como se está gestando el escenario electoral, a una situación similar a que se dio en Andalucía: el PSOE como partido más votado, pero inhabilitado para gobernar por la falta de apoyos, sobre todo ahora que Ciudadanos ha confirmado que no pactará con la izquierda.
"Hay que echarle una mano a Podemos"
De ahí que un bloque de izquierdas en el que también Podemos sea una fuerza a tener en cuenta es fundamental si Sánchez quiere mantenerse en el Palacio de la Moncloa. "Hay que echarle una mano a Podemos", dice una importante ministra de su gabinete. ¿Pero cómo puede el PSOE ayudar a la formación morada?
La estrategia emprendida por los socialistas, por el propio Pedro Sánchez en el mismo discurso que acompañó el anuncio del adelanto electoral, es la movilización de los votantes. Una de las claves que desembocó en la derrota socialista en Andalucía fue la elevada abstención de los votantes de la izquierda. Que no se vuelva a producir este fenómeno es clave para que las fuerzas progresistas puedan disputarle en condiciones el Congreso a la tríada conservadora que representan Partido Popular, Ciudadanos y Vox.
Llamadas al voto de izquierdas
De ahí que en sus llamadas al voto y en la precampaña de los socialistas haya escasas menciones a Podemos o a lo que en ocasiones se ha llamado "izquierda radical" y sí muchas a revitalizar y reactivar al votante de izquierdas.
En cualquier caso, cabe mencionar que todo esto ocurre porque el PSOE da por descartado que Ciudadanos cambie de idea respecto al cordón sanitario que ha decidido poner alrededor del 'sanchismo' para abrazar la alianza con la derecha, una decisión que en Moncloa consideran "un tiro en el pie derecho y otro en el izquierdo". A finales de abril sabremos si se cumple la metáfora.
