El portavoz adjunto de Esquerra Republicana (ERC) en el Congreso, Gabriel Rufián, ha pedido este jueves la dimisión del ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Josep Borrell, tras acusarle de ser un "mentiroso" e insistir en definirle como "un hooligan de Sociedad Civil Catalana".
Así lo ha puesto de manifiesto Rufián un día después de que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, le expulsara del hemiciclo por haber hecho caso omiso a las reiteradas llamadas al orden que le hizo durante el bronco debate que protagonizó con Borrell en el Pleno.
El independentista catalán ha subrayado que Borrell mintió este miércoles cuando acusó a su compañero Jordi Salvador de haberle escupido cuando abandonaba el Salón de Plenos y le ha denostado "por haberle puesto en la diana". "Hay 155 cámaras en el Congreso y en ninguna se vio", ha dicho.
Rufián ha defendido que Borrell debería dimitir pero no ya por su comportamiento de este miércoles, sino que debería haber dado ese paso "hace mucho tiempo" por no haberse comportado como un ministro sino como "un hooligan de Sociedad Civil Catalana".
Preguntado por que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le responsabilice de la crispación a él y al líder del PP, Pablo Casado, Rufián ha señalado que, frente a los insultos de "golpistas", ERC tiene dos opciones: pasar o contestar. "Quieren que miremos al techo y nos dejemos hacer pero vamos a plantar cara", ha avisado.
Salvador asegura que "compañeros socialistas" sentados en la primera fila han ratificado su versión
De su lado, el portavoz de ERC, Joan Tardà, ha replicado a Sánchez que Esquerra no contribuye "en absoluto" a la crispación porque "nunca ha tratado" a los demás como ahora están tratando a los independentistas. "Nosotros nunca hemos ofendido y no hacemos más que defendernos del insulto permanente y sistemático de querer asociar independentismo con violencia", ha resaltado Tardà, incidiendo en que mantendrán su plan de responder llamando "fascista" a todo el que les tache de "golpistas".
Salvador niega el escupitajo
Por su parte, el diputado de ERC Jordi Salvador ha asegurado que percibe "mala fe" en la acusación del ministro de Asuntos Exteriores porque "en ningún momento" hizo el gesto de escupirle, y le ha emplazado a reconocer que se equivocó en esa interpretación. Esa actitud "no va conmigo", se ha defendido.
Ha explicado que ha recibido varios mensajes por de "compañeros socialistas" que estaban sentados en las primeras filas del hemiciclo en ese momento y han ratificado su versión, por lo que ha emplazado al ministro a reconocer que interpretó erróneamente lo que ocurrió. Salvador ha relatado que se siente como "cuando alguien te pone en la diana", y ha denunciado que la política está incidiendo "en la deshumanización del otro", incluso en la "cosificación".