Política

¿Qué supone para la causa independentista que Manuel Marchena presida el CGPJ?

  • Su ascenso le impedirá presidir y ser ponente de la sentencia al procés
  • Su sustituto, más progresista, no genera muchas esperanzas en los presos
  • Marchena fue ponente en la inhabilitación a Homs por desobediencia
Manuel Marchena. Foto: Efe

Hay una lectura paralela al previsible nombramiento del actual presidente de lo Penal del Tribunal Supremo Manuel Marchena como nuevo presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y por tanto del Tribunal Supremo tras un pacto entre PSOE y PP. Su nuevo cargo le saca de la presidencia del tribunal que juzgará a los líderes del desafío independentista. ¿Cómo le viene a la causa independentista este cambio?

Prestigioso y fino jurista, de perfil conservador pero sin pertenecer a ninguna asociación y con fama de buen negociador, ya no podrá presidir y ni ser el ponente de la sentencia del procés en Cataluña que tenía previsto iniciarse en apenas dos meses en el alto tribunal. Sin embargo, su postura en la sentencia puede pesar mucho aunque su sustituto, Andrés Martínez Arrieta, sea más moderado. Así lo opinan sectores afines a los encausados por presunta rebelión o sedición.

Marchena preside la Sala Segunda (de lo Penal) del Supremo desde que fue elegido en septiembre de 2014 por un Consejo del Poder Judicial que apoyó su candidatura con 12 votos a favor, propiciando que se alzara con el puesto frente a un candidato de la consideración y la experiencia de Cándido Conde-Pumpido, exfiscal general de Estado entonces y actualmente magistrado del Tribunal Constitucional.

Dentro de su etapa en la presidencia de lo Penal del Supremo, Marchena fue el ponente de la sentencia que condenó en marzo de 2017 a 13 meses de inhabilitación al exconsejero de Presidencia catalán Francesc Homs por un delito de desobediencia grave en la consulta independentista del 9 de noviembre de 2014.

"Esto no es su casa, es el Supremo"

El carácter firme de Marchena a la hora de presidir este juicio quedó patente en una de las sesiones, cuando tras un encontronzao con el fiscal de la causa, Jaime Moreno, el exconsejero catalán afirmó: "En mi casa me enseñaron que tenía uno que dejar que el otro acabara de hablar antes de empezar él. Y me gustaría que se me tratara con respeto". Marchena intervino entonces para señalarle: "Esta no es su casa, esto es el Tribunal Supremo".

El que con toda probabilidad será nuevo presidente del Poder Judicial procede de la Carrera Fiscal, a la que accedió tras licenciarse en Derecho por la Universidad de Deusto en 1981, y tuvo su primer destino en la Audiencia Territorial de Las Palmas en 1985.

Nombrado fiscal de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado en 1992, dos años después pasó a ejercer como fiscal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, donde estuvo hasta 1996, cuando volvió a su anterior destino -la Secretaría Técnica- de la que en 2003 fue designado fiscal de sala jefe.

En 2004 fue nombrado fiscal del Tribunal Supremo, con destino en la sección penal, puesto en el que permaneció hasta que el 31 de enero de 2007 fue elegido por el Pleno del órgano de gobierno de los jueces como magistrado de la Sala Segunda por el turno de juristas de reconocida competencia con al menos 15 años de ejercicio.

Marchena está en posesión de la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort, la condecoración de mayor rango del ámbito judicial, y en marzo de 2012 fue designado por el Consejo de Ministros presidente de la Comisión para la redacción de un nuevo Código Procesal Penal.

Apostó por el "contacto directo, cotidiano y puntual" de las resoluciones del TEDH

El actual presidente Sala Segunda también ha desarrollado una amplia actividad docente -ha sido profesor de Derecho Penal de la Facultad de Ciencias Jurídicas de Las Palmas y de Derecho Procesal de la Universidad Autónoma de Madrid- y es autor de numerosos artículos en publicaciones jurídicas y colaboraciones en obras colectivas.

Durante la presentación de su proyecto ante el CGPJ, antes de ser elegido para presidir lo Penal, Marchena afirmó que los magistrados de la Sala Segunda deben tener un "contacto directo, cotidiano y puntual" de las resoluciones del Tribunal Europeo de derechos Humanos y del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Además, durante dicha comparecencia, y aunque consideró "incuestionable la calidad de la pluma estilográfica", el magistrado planteó "cursos personalizados" sobre nuevas tecnologías a cada magistrado de la Sala. "No hay obstáculo generacional para facilitar esa transición y aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías", remachó en dicha ocasión el que está llamado ahora a presidir el órgano de gobierno de los jueces.

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