El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, advirtió este miércoles al líder del Partido Popular, Pablo Casado, de las consecuencias de mantener las palabras en las que le acusa de ser un "golpista".
En su última intervención en el debate en el Congreso sobre el Consejo Europeo y la exportación de material de defensa a Arabia Saudí, el presidente le dio a Casado la última oportunidad para que retirase sus acusaciones. "Si las mantiene, usted y yo no tenemos nada más que hablar", le espetó Sánchez a Casado.
En su primera intervención en el Pleno, Casado acusó al presidente de ser "partícipe y responsable de un golpe de Estado que se está perpetrando en España" por los líderes independentistas catalanes.
Casado no retira del diario de sesiones del Congreso sus palabras contra el presidente
Tras estas palabras, Sánchez le pidió que se retractara y aseguró que "acusarme a mí de partícipe y responsable del golpe de Estado que se está perpetrando en nuestro país no es algo aceptable".
Pero como el líder del PP mantuvo sus palabras, el presidente le dio una nueva oportunidad advirtiéndole de la ruptura de relaciones entre ambos de seguir con esta oposición. "Puede hacer oposición, criticar al Gobierno de España, pero no insultar, no difamar ni calumniar, haga oposición".
Posteriormente, ya en las preguntas de control al Ejecutivo, Casado no repitió las palabras pero dudó de que Sánchez se sienta "tan ofendido" porque un Gobierno "tiene responsabilidad en lo que pasa en su país". "La responsabilidad última es del Gobierno" y "por detalles" de Cataluña es "responsable" de que "no se pongan medidas para atajar ese golpe al Estado". Ante la posición de Casado, el presidente le insistió en que retirara la acusación.
El PSOE aplaude la "ruptura de relaciones" entre Sánchez y Casado
El grupo socialista del Congreso aplaude la "ruptura de relaciones" entre el presidente del Gobierno y el líder del PP, según han señalado fuentes de la dirección. La acusación de Casado a Sánchez ha provocado la indignación de los socialistas, que creen que Sánchez no puede aceptar ser tildado de golpista.
Por eso consideran que, una vez que el presidente le ha ofrecido reiteradamente la oportunidad de retirar sus palabras en el pleno del Congreso y que él no las ha retirado, Sánchez ha hecho bien en responderle como lo ha hecho.
Para los socialistas, que Casado acuse a Sánchez de golpista en un país que sufrió el 23-F y en una cámara, como el Congreso, que todavía conserva en el techo del hemiciclo los impactos de los disparos de Tejero es la gota que ha colmado el vaso, dicen, de una oposición que consideran extremista y desleal.
Está por ver el alcance y las consecuencias de esa ruptura de relaciones y si es un gesto simbólico o una medida real.