Los nuevos pilares del procés anunciados por el presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, al inicio de la legislatura y a la vuelta de vacaciones en septiembre, se debilitan con cada día que pasa. Ayer, Torra descafeinó sus planes para impulsar un foro cívico que debía debatir los fundamentos de la futura Constitución catalana.
Lo que hace unas semanas se presentaba como el germen de un proceso constituyente, no tiene como objetivo final redactar una Carta Magna catalana, afirmó en rueda de prensa el presidente del consejo asesor creado -sin retribución para sus miembros- para impulsar el Foro Cívico y Social para el Debate Constituyente, Lluís Llach. El cantautor situó esa fase después de que se produzca una declaración efectiva de independencia.
Además, la acción del consejo asesor y del foro nace sin calendario previsto, y puede alargarse más allá de esta legislatura, por lo que pasa a ser una iniciativa etérea más, que se suma al Consell de la República que Carles Puigdemont y Toni Comín pilotarán desde Bélgica para seguir reclamando atención internacional.
Con todo, ante las críticas que ven estas estructuras como una Generalitat paralela que escapa del control público, el Govern defendió que la actividad del Ejecutivo catalán es independiente de las acciones que impulse el Consell de la República.
El patrimonio del president
También ayer trascendió la declaración de bienes patrimoniales del Govern y altos cargos. Torra lidera la clasificación con 710.505 euros -la mayoría por activos inmobiliarios-, el doble que el conseller con más patrimonio reconocido, el de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, con 360.000 euros, mientras que la consellera de Empresa, Àngels Chacón, solo declara 5.000 euros. Entre otros cargos, el delegado del Govern en Madrid, Ferran Mascarell, supera a Torra con casi 762.000 euros de patrimonio declarado, y el director de TV3, Vicent Sanchís, ha comunicado 653.692, mientras algunos altos cargos de otros organismos públicos superan los dos millones.