Política

El PP se divide: el partido apoya a Cospedal y las bases a Santamaría

Cospedal y Sáenz de Santamaría. Foto: Efe
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Los intentos del aparato del partido y del Grupo Popular no han prosperado. La candidatura única no podrá ser, e irremediablemente, el PP se sumerge en un universo desconocido tras la espantada de Alberto Núñez Feijóo, lo que ha precipitado la candidatura de María Dolores de Cospedal, que se conoció ayer, y que rivalizará fundamentalmente con la de Soraya Sáenz de Santamaría, también anunciada este martes. Dos candidatas, rivales históricas, que prometen un desenlace intenso, haciendo más grande la grieta generacional que fragmenta al PP, entre los que sostienen a Cospedal, el partido, y la militancia, que se entusiasma con Santamaría. El resto de candidatos son Pablo Casado, José Ramón García Hernández, José Luis Bayo y José Manuel García Margallo.

Dos candidatas, dos estilos

El carácter y la personalidad, la preparación y la experiencia de la secretaria general del PP y de la exvicepresienta del Gobierno aventuran una contienda polarizada. Cada una representa las distintas sensibilidades del partido. La dirigente castellano-manchega se identifica mejor con la estructura orgánica del PP y por tanto con los territorios, los cargos medios, los barones, mientras que la vallisoletana conecta con la militancia, con el voto joven y menos ideologizado. Y por edad, su nombre se adelanta en las quinielas para rivalizar en las urnas con Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias.

Ahora bien, el nuevo sistema de elección del candidato puede traer sorpresas. Si uno de ellos obtiene más del 50 por ciento de los apoyos de los militantes, con una diferencia de 15 puntos sobre el segundo, automáticamente se convertirá en el líder del PP (esto puede favorecer a Santamaría). Pero, de superar las dos la fase inicial y pasar a la segunda vuelta, serán los compromisarios los que decidirán el nombre que presida el futuro del PP. Y es aquí cuando la horquilla se abre, porque se vaticinan prealianzas entre candidatos (el más importante es el de Casado, que ayer rechazó sumarse a la candidatura de Cospedal, al menos de momento), y apoyos relevantes (como el de Feijóo), de modo que la balanza puede bascular bien a un lado, bien a otro.

Con escenografías diferentes, una en Toledo, la otra en Madrid, sin duda las dos protagonistas de la batalla política que se va a vivir en días en el PP, presentaron sus candidaturas con estilos completamente distintos. La todavía secretaria general, que renunciará a su cargo cuando presente los avales, se rodeó de su ejecutiva de Castilla-La Mancha para anunciar el paso que ha dado a su carrera política. Cospedal tiró de currículum, ponderó su formación y experiencia, y rescató las veces que dio la cara por el PP, a riesgo de que se la partieran. La exministra de Defensa, segura en una oratoria muy cuidada, afirmó creer en un proyecto reformista, al tiempo que se comprometió a dar la batalla con todas sus energías, liderar y servir a España. "Me presento para ganar, ganar, ganar y volver a reunir a todos aquellos que en su día estuvieron en torno al PP", mantuvo.

Desde Madrid, bajo un sol justiciero, sin compañía, la exvicepresidenta lanzó varios mensajes. Dijo ser compañera, "y como compareños espero que nos tratemos". Y rememoró su experiencia en el Gobierno y la oposición, no sin antes destacar que es una militante más, que se presenta "a hacer las cosas que quieren muchos militantes: unidad, responsabilidad e integración".

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