
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pretende pasar página en 2018, aparcar la cuestión catalana del primer frente de su agenda política y ampliar los horizontes de su Ejecutivo a otros ámbitos aparcados durante el recién cerrado 2017 a causa de las tensiones vividas por el movimiento independentista. De esta manera, Rajoy espera defenderse de la ofensiva legislativa que han empezado a promover los grupos de la oposición y, de paso, remontar en las encuestas después del último varapalo sufrido precisamente en los comicios catalanes del 21-D.
Desvela hoy el diario El País que Rajoy ha trazado en los dos últimos Consejos de Ministros de 2017 las líneas básicas de su actuación para un 2018 en el que no niega que habrá contingencias relevantes en Cataluña, pero que no necesitarán de toda su atención cómo ha sucedido en los últimos meses.
Un primer asunto focalizará sus esfuerzos: sacara adelante los Presupuestos Generales del Estado. Este lunes el ministro de Economía, Luis de Guindos, afirmó que la estabilidad política en Cataluña permitirá alcanzar un acuerdo con el PNV. El propio Rajoy también fue optimista en su comparecencia para hacer balance de 2017.
También habrá ofensivas para llegar a pactos en asuntos como el pacto sobre las pensiones, el de educación o la mejora de las medidas contra la violencia de género.
En éstas y en otras cuestiones tendrá que hacer equilibrios Rajoy si pretende sacar adelante sus proyectos teniendo en cuenta que sus 137 diputados le dan un (relativo) escaso margen de maniobra frente a PSOE y Ciudadanos, ambos partidos que han crecido en las encuestas en las últimas semanas en el ámbito estatal precisamente por la gestión de la cuestión catalana.
Ambos partidos ya han adelantado que llevarán a cabo una ofensiva en el inicio de año para desgastar al Gobierno en el Congreso de los Diputados y también fuera de la Cámara Baja.