
El Gobierno de España tiene especial interés en reafirmar el compromiso del Ejecutivo con el País Vasco. La última visita de Mariano Rajoy este fin de semana, y la que tiene lugar hoy en Vitoria, esta vez con el desembarco de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y la ministra de Empleo, Fátima Báñez, dan cuenta de ello.
Los populares subrayan la buena sintonía con los nacionalistas vascos, y fruto de ello enmarcan los acuerdos presupuestarios, el techo de gasto, el tren de Alta Velocidad, o los convenios desbloqueados, inaugurando una vía de entendimiento, que no es precisamente el clima que reina entre el Gobierno y la Generalitat catalana.
El horizonte de los Presupuestos Generales del Estado de 2018, que deberán estar en la Cámara en el mes de septiembre, contribuye en buena medida al despliegue de actos como los de hoy, donde la vicepresidenta y la ministra de Empleo, junto con el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, destacarán el conjunto de acuerdos alcanzados, muy especialmente el Cupo Vasco, cuyo pacto quedó cerrado la semana pasada entre los dos ejecutivos, si bien tendrá que esperar a mañana para sellar la ratificación de nuevo Plan Quinquenal. El ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, y el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, estarán en la firma.
El precio de Vitoria
El cúmulo de actos y la buena sintonía entre las dos formaciones no frena el tiempo de negociaciones de las cuentas públicas. Días atrás, el portavoz del PNV subrayaba la letra pequeña del techo de gasto de 2018, que no implica su voto afirmativo a los próximos presupuestos. Recientemente, un dirigente nacionalista reconocía a elEconomista una de las demandas que podrán sobre la mesa. Se trata de la transferencia competencial de la Tesorería de la Seguridad Social. Sin embargo, ni Moncloa ni el Partido Popular en el Congreso dan crédito a esa petición. En opinión del Ejecutivo y del Grupo Popular, este gesto contrasta con la actitud del PNV en Madrid, que "no ha dicho ni mu" de esas posibles demandas, que parecían casi saldadas con los 4.245 millones de euros a cuenta del cálculo del Cupo hasta 2021, y una mejora de las inversiones, donde se circunscribe la rebaja de la factura eléctrica para sus empresas.
Lo cierto es que hay muchas expectativas, y eso lo reconocen las partes. Pero de momento no hay ni concreciones ni detalles de viejas demandas -20 aún sin materializar- como el traspaso de una parte de la Seguridad Social o prisiones.
Entre tanto, el Ejecutivo sigue con su campaña de cordialidad y distinción sobre el PNV. Este sábado, el presidente Mariano Rajoy, advirtió al de la Generalitat, Carles Puigdemont, que "hay otra forma de hacer política" como la de Euskadi, la del "pacto, acuerdo y entendimiento", que es "democrática" y "produce resultados positivos para todos".
El mensaje no era en vano. Como en la anterior negociación, parece que Rajoy será clave en el cierre de las conversaciones con el PNV. Entonces, en la recta final solo hubo dos interlocutores en un plano de máxima discreción y "máximo pragmatismo": Rajoy y Urkullu.
Sánchez también acude al País Vasco
El secretario general del Partido Socialista tiene previsto viajar este próximo jueves al País Vasco para celebrar el pacto de gobierno del PSE con el Partido Nacionalista Vasco.
La visita de Sánchez se produce solo cuatro días después de anunciar en Cataluña su interés por reformar la Constitución Española y reiterar su concepto de la España plurinacional.