Pese a que Pablo Iglesias ha dado su bendición a la entrada de Podemos en el Gobierno socialista de Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha, el partido morado ha manifestado este viernes su división ante este movimiento. Críticos de Podemos denuncian abusos de poder
La mayor brecha se ha materializado entre los dos únicos diputados que la formación liderada por Pablo Iglesias tiene en Castilla-La Mancha, José García Molina, secretario general de Podemos en la región, y David Llorente, diputado autonómico.
"No queremos conseguir sillones"
En un mensaje en su perfil oficial de Twitter, Llorente ha asegurado que si Podemos movió "ficha" fue "para impulsar una alternativa de cambio a favor de la mayoría social, no para conseguir sillones".
A esto, el secretario general de Podemos de Castilla-La Mancha, García Molina, ha respondido a su compañero de grupo parlamentario David Llorente que las decisiones en el partido las adopta la militancia y "no los diputados".
García Molina ha respondido así a Llorente, quien le ha reprochado no haber consultado de forma previa ni al Grupo Parlamentario ni al Consejo Ciudadano de Podemos Castilla-La Mancha el principio de acuerdo alcanzado este jueves con el presidente regional, Emiliano García-Page, al tiempo que ha advertido de que, con este ofrecimiento, lo que busca el titular del Gobierno autonómico es convertir a la formación morada en "muleta del PSOE".
Preguntado sobre si le preocupan las reticencias internas en su partido, ha defendido que ante esta decisión de "calado" en la región debe de hablar la militancia, porque no son los diputados los que tienen que tomar la decisión. "Ha habido un ofrecimiento para que Podemos pueda gestionar sus propias políticas y hay que consultar a la gente", ha reiterado.
Llorente ha sido apoyado en su tesis por Miguel Urban, eurodiputado y cofundador de Podemos, quien también ha rechazado el acuerdo entre el PSOE y Podemos en Castilla-La Mancha. "En Vistalegre 2 decidimos colectivamente que no había que subalternizarse al PSOE, Podemos vino para cambiar las cosas. Decidirán las y los inscritos", ha escrito en Twitter el líder de la corriente anticapitalista.
El significado oculto del acuerdo
Sobre si este acuerdo 'podemiza' al PSOE o "domestica" a Podemos, ha defendido que lo único que le preocupa es que se establezcan garantías ciudadanas en la región y que "no haya nadie sin casa, suministros y sin renta garantizada". "Todo lo demás es debate politológico".
"Lo que centra nuestra atención es la gente de Castilla-La Mancha, que está en el ranking de lo peor en exclusión social, desempleo y desigualdad", ha dicho el líder regional de Podemos, que ha pedido no "trivializar" el debate, pues considera que "más allá de personalismos y personas se trata de establecer políticas que fueron las que en 2015 trajeron el cambio a la región".
Después de defender que el acuerdo de investidura que suscribieron hace dos años para dar la Presidencia de la Junta de Comunidades a García-Page ha sido el más "exigente" de los suscritos en el país, ha admitido que el segundo año de legislatura -cuando Podemos decidió romper el pacto- "ha sido muy complicado porque se dieron muchos incumplimientos".
"Después de todo este tiempo y tras muchos desencuentros, hemos mantenido que había que negociar y volver a la hoja de ruta y cuando finalmente García-Page tuvo la consideración de llamarme nos hemos reunido y retomado esa hoja de ruta. Ahora hay que establecer garantías para que lo que se acuerde se cumpla, genere confianza y estabilidad en la región", ha argumentado Molina, que preguntado sí este acuerdo le promociona en caso de que haya elecciones anticipadas ha defendido que eso "es política-ficción".
