
El secretario general de UGT, Josep María Álvarez, puso entre paréntesis la histórica ligazón del sindicato con el PSOE, al no pedir el voto para el partido en las elecciones de junio. Ahora, en la central comentan que el distanciamiento se confirma en las primarias.
Al parecer, la cúpula de UGT ha dado orden a sus afiliados para impedir que el nombre de la organización se vincule con alguno de los candidatos socialistas. Debido a ello, los equipos de Susana Díaz, Pedro Sánchez o Patxi López, tienen prohibido utilizar el logo y las siglas del sindicato.
Además se ha activado una "campaña de vigilancia" para frenar actos que rompan la neutralidad que la UGT persigue. "Ya se han desactivado dos cuentas de Twitter que apoyaban a Díaz", dicen desde la sede del sindicato.
Las mismas fuentes comentan también que Álvarez "está inquieto" y que de ninguna manera quiere significarse en una guerra en la que "el sindicato no tiene nada que ganar, y sí mucho que perder, dependiendo del ganador".