Política

Tres 'strikes' y expulsión por espectáculo de Vox: Macarena Olona acaba fuera de la Diputación Permanente

Paloma, la ujier más veterana del Congreso de los Diputados, nunca se había visto obligada a semejante trance: acercarse a una diputada para insistirle en que estaba expulsada por la presidenta de la Cámara Baja y debía abandonar la sala donde se estaba celebrando la Diputación Permanente. La diputada es Macarena Olona, portavoz de Vox, y fue la protagonista una sesión de la Diputación Permanente mucho más bronca de lo esperado.

Lo cierto es que cuando se constató que Vox había entrado en el Congreso, ya se sabía que no llevaría precisamente la concordia y la tranquilidad a los escaños. Ayer no fue una excepción. En esta ocasión, para empezar, los pupilos de Santiago Abascal en la Diputación Permanente decidieron ocupar los asientos que correspondían a Ciudadanos.

A pesar de los ruegos de Batet, se negaron a moverse de un puesto que cabe recordar que no era el suyo, como indicaban los letreros con nombres que cuidadosamente había dejado en cada sitio el personal de la Cámara. Finalmente, fueron los naranjas los que cedieron.

A continuación vino el sanedrín de las intervenciones. Olona tomó la palabra sin el permiso de la presidenta -algo que, por cierto, ya había hecho previamente durante el affair de los asientos- para, mientras Batet presentaba el primer asunto de la sesión -el RDL relativo a la bancarrota de Thomas Cook-, introducir un punto en el orden del día al que no había dado el visto bueno la Mesa de la Cámara (un requerimiento ineludible), concretamente, tratar la crisis de Cataluña. Batet la llamó al orden. Primer strike.

Mientras la presidenta intentaba dar paso a la ministra de Industria y Turismo, Reyes Maroto, Olona volvió a intentar intervenir y Batet se vio obligada a silenciar su micrófono, llamándola al orden por segunda vez. Strike dos.

La portavoz de Vox no cejó en su empeño en protagonizar la sesión. Seguía tratando intervenir y ello obligó a Batet a llamarla al orden por tercera vez y rogarle que abandonara la sala, con el aplauso de todo el arco parlamentario, por cierto. Strike tres. Eliminada.

Pero esto no es un partido de béisbol ni Vox los Chicago Cubs, aunque ello no impidió que el espectáculo continuó. Olona mantuvo su empeño en intervenir acusando al resto de los partidos del arco parlamentario de su inacción para tratar la crisis catalana, hasta que dejó la sala por la insistencia de los ujieres, acompañada de sus compañeros de grupo parlamentario.

En realidad, Vox logró algo muy difícil en los tiempos que corren, aunque fuera por llamar la atención en estos tiempos tan preelectorales: poner de acuerdo a todos los partidos políticos en algo con una actuación que fue considerada desde una "exhibición colosal de mala fe, puerilidad y demagogia" a "un esperpento y una aberración".

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