
El fin de las vacaciones trae consigo una agenda política frenética para los partidos independentistas y catalanistas, que se preparan ante la inminente sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes del referéndum del 1 de octubre de 2017, prevista para principios de octubre.
Así, durante el mes de septiembre se sucederán reuniones, congresos y cónclaves en los que decidir estructuras, definir liderazgos y concretar estrategias, tanto entre las diversas formaciones soberanistas como entre las corrientes catalanistas no independentistas que quieren mejoras para Cataluña que no pasen por la ruptura con el resto de España, pero que desde hace tiempo han perdido el apoyo de las urnas por falta de un partido potente.
Baile de partidos
Con esta retahíla de citas políticas en el calendario (véase gráfico), el mes de septiembre puede acabar con decisiones como la desaparición de un partido (el PDeCAT) y el nacimiento de otro (si las corrientes catalanistas no secesionistas consiguen ponerse de acuerdo). El PDeCAT abre este lunes, y hasta el día 20, un proceso de debate interno en el podrán participar los 14.000 asociados de la formación heredera de CDC para decidir su futuro.
Se articulará a través de asambleas comarcales y de distrito por toda Cataluña, ya que la influencia actual del PDeCAT se limita al ámbito local. A nivel autonómico, estatal y europeo, las siglas que han tomado protagonismo en los últimos años han sido JxCat, con Carles Puigdemont al frente, y lo más probable es que el PDeCAT acabe fusionándose en el movimiento que impulsó el expresidente de la Generalitat, pese a que el político gerundense ahora huido de la justicia española en Bélgica ha ido arrinconando a sus miembros más destacados, como el exportavoz del PDeCAT en el Congreso de los Diputados, Carles Campuzano.
Pero Puigdemont también tiene su propio frente abierto, el de la Crida Nacional per la República, que impulsó como intento de nuevo partido aglutinador del independentismo, hasta ahora sin éxito. El día 17, la Crida ha convocado una asamblea con la que pretende reactivarse, y en la que se constituirán sus sectoriales ideológicas: izquierdas, socialdemócrata y liberal.
Lo más probable es que la Crida también acabe bajo el paraguas de JxCat, pero Puigdemont tiene la última palabra. La primera ocasión para tratar el tema puede ser este martes y miércoles, cuando JxCat tiene fijadas en Bruselas sus reuniones de inicio de curso político, tanto entre sus miembros del Govern como diputados catalanes y estatales, senadores y miembros del Parlamento europeo.
Aragonès se refuerza
Por su parte, ERC vota el día 15 a su nueva dirección en su 28 Congreso Nacional, aunque se trata más bien de la ratificación del liderazgo de Oriol Junqueras. El político en prisión preventiva prevé revalidar como presidente de la ejecutiva, junto a Marta Rovira -huida a Suiza- como secretaria general.
Ante estas circunstancias de líderes ausentes, para gestionar el día a día están la figura de coordinación, a la que opta el vicepresidente de la Generalitat y conseller de Economía, Pere Aragonès, y la de adjunto a la secretaría general, que quiere ocupar la actual portavoz de la formación republicana, Marta Rovira. Así, el Congreso de ERC servirá para ratificar el ascenso de la figura de Aragonès como delfín de Junqueras, algo relevante en un contexto de presiones de los republicanos a JxCat para convocar elecciones como respuesta a la previsible condena a los procesados por el 1-O.
Otras corrientes políticas también quieren definir su espacio antes de que llegue la sentencia del Supremo, como los críticos del PDeCAT y otras formaciones contrarias a la unilateralidad -independentistas y no independentistas-. Su encuentro es el día 21 en el Monasterio de Poblet (Tarragona), con la intención de realizar un debate ideológico sobre la Cataluña futura. Además de críticos del PDeCAT -contrarios a la confrontación que defiende Quim Torra- como el mencionado Campuzano o la senadora de JxCat Marta Pascal, se prevé la asistencia del exconseller Lluís Recoder, además de representantes de Convergents, Lliures, la Lliga Democràtica y del PSC.
Unos días antes, tendrá lugar un encuentro que no persigue la reflexión ideológica sino pasar a la acción. En este caso, el día 18 se reunirán líderes de la Lliga Democràtica, Lliures y otras corrientes catalanistas no independentistas que quieren marcar distancias con los posconvergentes y decidir si impulsan un nuevo partido catalanista de centro con la entidad suficiente para presentarse con éxito a las próximas elecciones autonómicas.
La prioridad es un consenso de mínimos, aunque le deben seguir la elecicón de un líder y financiación.