Con 30 diputados del Partido Popular, 27 de Ciudadanos y 12 de Vox, Isabel Díaz Ayuso es, desde este miércoles 14 de agosto, la nueva presidenta de la Comunidad Madrid. Lo hace tras un largo peregrinaje de negociaciones, cargadas de baches y numerosos desconciertos. Jornadas con muchas llamadas de teléfono, entrevistas privadas e intercambio de documentos, algunos de los cuales han acabado como filtraciones en la prensa.
Pero la negociación del Gobierno de la Comunidad de Madrid no ha sido el único gran quebradero de cabeza de Díaz Ayuso. Dos informaciones publicadas en tres medios de comunicación, implicando directamente a la política popular en un alzamiento de bienes y en la trama Púnica, han sido el remate de unas semanas intensas.
Hasta ahora, Ayuso se había mantenido en silencio. Discreta. Bueno, hasta ahora. Porque ayer decidió sacar el colmillo que se había estado reservando para defender su honor, su honradez y su intimidad familiar. Y lo hizo dejando para el último minuto la expresión verbal de su hartazgo por una campaña de desprestigio y de "medias verdades", que se ha basado en escarbar en la vida de sus más allegados, y en concreto, en la de su padre, fallecido tras una enfermedad de Alzeheimer.
Afirma Ayuso que políticos de la Asamblea han recurrido a llamadas telefónicas a los trabajadores de la empresa de su progenitor, para indagar qué relación laboral guardaba ella con ese negocio.
Isabel siempre ha sido una personas abierta, espontánea, amante de la vida madrileña, de su oferta cultural, de sus calles, de sus tascas, de sus restaurantes
Ayer nos contó que desde muy joven siempre hizo la vida por su cuenta, y que de ello se siente orgullosa. Contó cómo su familia se arruinó con la crisis económica, estando ya su madre jubilada y su padre enfermo. Pero ella tenía su "camino aparte", señaló. Su "querido padre" –dijo mirando al infinito– era bueno, honrado, trabajador, y hoy estaría orgulloso de ver que su hija se ha convertir en presidente de la Comunidad de Madrid".
En una faceta más lúdica, Isabel siempre ha sido una personas abierta, espontánea, amante de la vida madrileña, de su oferta cultural, de sus calles, de sus tascas, de sus restaurantes.
Con ocho años, ya daba muestras de su pasión por la política. A esa edad escribe una carta al presidente Felipe González, para manifestarle su desacuerdo con la situación política y económica. Esta hija de abulense recibió la respuesta del presidente del socialista.
Con 18 años, se embarca en los estudios de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid. Es en esa etapa cuando decide independizarse de sus padres y vivir fuera de casa. Compagina estudios y trabajo y consigue mantenerse por su cuenta. Al finalizar la carrera, de la que es doctoranda en Comunicación Política, pone rumbo al extranjero, pero muy pronto regresa a Madrid, la ciudad que ama por los cuatro costados.
Isabel siempre ha dicho que ella es de Pablo, su inseparable amigo, su referencia, si bien, nunca ha ocultado su admiración por la gestión de Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes
Isabel fue becaria en Radio Marca y también trabajó en otras emisoras. La radio es un medio que le apasiona, y en cuya aventura, sin dejar la política, se hubiera metido si Pablo Casado no la hubiera llamado para encabezar su equipo de primarias, y más tarde para representar al Partido Popular en la Presidencia de la Comunidad de Madrid.
Es en sus años de juventud cuando conoce a Pablo Casado. Son los años de Nuevas Generaciones. Los dos crecen politicamente juntos, e Isabel siempre ha dicho que ella es de Pablo, su inseparable amigo, su referencia, si bien, nunca ha ocultado su admiración por la gestión de Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes. Y es curioso, porque estos días que la han querido relacionar con la trama Púnica por haber trabajado a las órdenes de las dos, pese a todo, en su discurso de investidura tuvo un guiño para ambas. También para Ruiz Gallardón y para Leguina. Ninguno para Ángel Garrido y para Ignacio González.
Propietaria de un Wolswagen Polo de color azul, desde hace una pila de años, siempre ha vivido en el distrito de Chamberí, en el centro de Madrid, por donde le gusta perderse. Es una viajera impenitente. Lee y oye música. Es amante de los animales y una mujer de su tiempo. Viste moderna, pero sin estridencias ni grandes marcas. Utiliza ropas de líneas sencillas, a veces minimalistas. Siempre va maquillada correctamente y su pelo lo deja al viento.
Hasta llegar al equipo de las primarias de Casado, Ayuso ha sido portavoz del PP en las comisiones de Telemadrid, Cultura y Turismo. En esta legislatura fue portavoz adjunta del PP, hasta que en septiembre de 2017 Cristina Cifuentes la nombró viceconsejera .
En muy poco tiempo ha pasado de la Asamblea al Gobierno de Madrid, y del Gobierno autonómico al Partido Popular en Madrid, desempeñando cargos dentro de la Ejecutiva en el área de Comunicación. Dice que le ha tocado vivir un tiempo muy intenso, pero lo asume con la misma pasión que le atrapó para la política desde muy niña. Cree que ha llegado el tiempo en su partido de una nueva generación, sin complejos, que no se esconde para asumir que en el PP se han hecho cosas que han hecho mucho daño.
A unos días de que Casado optara por ella para la Comunidad de madrid, asumía que su partido pasaría por un camino pedregoso. Pero también nos dijo que la política va muy rápida, y hay que estar preparada para todo. Ese todo ha llegado.