La muerte de Raúl Reyes, número dos de las FARC, provocará un endurecimiento de los rebeldes en su negativa a dialogar con el presidente colombiano Alvaro Uribe, al menos a corto plazo, advirtieron analistas.
"El operativo contra Reyes muy seguramente desatará una fuerte respuesta por parte de la guerrilla", dijo Lázaro Viveros, quien asesoró anteriores gobiernos colombianos en procesos de paz con ese grupo.
"Uno podría pensar que con la muerte de Reyes se alejan las posibilidades de una salida política del conflicto" por lo menos en el corto plazo, señaló por su parte el ex presidente Ernesto Samper (1994-1998).
Reyes, considerado uno de los miembros del ala más radical de las FARC y que la última década se había convertido en la mano derecha del septuagenario fundador de la organización, Manuel Marulanda ("Tirofijo") cayó este sábado en territorio de Ecuador, tras un ataque aéreo lanzado por militares colombianos.
Su muerte, estimaron dirigentes oficialistas, es el mayor resultado obtenido por las políticas de mano dura contra los rebeldes que el presidente Alvaro Uribe aplica desde que llegó al poder en 2002.
Efraín Cepeda, presidente del partido Conservador -uno de los siete que integra la coalición de gobierno- señaló que la muerte de Reyes es más valiosa pues "es un golpe a la línea dura de la guerrilla".
Para Cepeda, una vez pase la reacción inicial, "esperamos se fortalezca la línea política al interior de las FARC, que conduzca a la liberación de los secuestrados y luego a una negociación".
Las medidas de seguridad fueron reforzadas por militares y policías a lo largo del territorio colombiano, en previsión de posibles acciones de los rebeldes para vengar la muerte de su dirigente.
Reyes era, después de Marulada, la figura más reconocida de las FARC y hacía parte del secretariado de siete integrantes que coordina las acciones de la principal guerrilla colombiana, que se estima está conformada por 17.000 combatientes.
León Valencia, director de la privada fundación Nuevo Arco Iris, que realiza investigaciones sobre el conflicto colombiano, también considera como Viveros que el reemplazo de Reyes será rápido y que una vez pase la primera etapa de asimilar el golpe vendrá un proceso de debate interno en las FARC.
"La guerrilla tiene dos caminos: encerrarse en sí misma y volver a trancar la puerta o abrirse a las relaciones políticas nacionales e internacionales", indicó Valencia, quien fue guerrillero hasta comienzos de los años noventa.
La muerte de Reyes "tiene un significado militar y político muy importante, porque él era vocero y representante internacional de las FARC, pero también -desde el punto de vista ideológico- era uno de los miembros de la línea dura que impidió la negociación", dijo Camilo Gómez quien estuvo al frente de las últimos acercamientos realizados con las FARC por un gobierno colombiano.
Antanas Mockus, un ex candidato presidencial independiente y quien ha propuesto una campaña de resistencia pacífica para conseguir que las FARC liberen a unos 39 rehenes que mantienen en su poder, estima que para los rebeldes la muerte de Reyes los obliga a reconsiderar su estrategia de "repliegue táctico" con la que enfrentaban la ofensiva de Uribe.
"Lo que ha pasado es una advirtiendo que el tiempo no corre en beneficio de las FARC, dice. Las tácticas dilatorias solo han sido contraproducentes para sus objetivos", puntualizó.
hov/ml
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