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Asturias crea un 'arca de Noé' para preservar el gochu asturcelta o la pita pinta

  • En lugar de parejas de animales, guarda embriones y dosis de semen
  • El banco genético protege especies autóctonas en peligro de extinción
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Preocupados por sus especies autóctonas en riesgo de extinción, y el consiguiente peligro de pérdida de biodiversidad, Asturias ha creado un banco de recursos zoogenéticos en el que conserva material genético de sus razas domésticas amenazadas.

Una especie de 'arca de Noé', pero que en vez de parejas de animales, conserva cientos de embriones y decenas de miles de dosis de semen. En concreto, este banco genético alberga germoplasma de la vaca asturiana de la montaña, la oveja xalda, la cabra bemeya, el gochu asturcelta, el asturcón o la pita pinta.

Como en tantas otras iniciativas de este tipo, el almacenamiento de recursos genéticos de especies autóctonas, cuyas poblaciones se han reducido drásticamente es una recomendación de la FAO, para garantizar la biodiversidad.

Equilibrio y biodiversidad

Porque las razas autóctonas participan de un perfecto equilibrio en determinadas zonas, como resultado de una armonía entre clima, terreno, flora y fauna, y constituyen un importante patrimonio cultural y genético.

Y en la búsqueda de una mayor rentabilidad en los productos agropecuarios ha provocado que la presencia de especies autóctonas en el campo asturiano sea casi testimonial, reemplazadas por otras foráneas más productivas.

La consecuencia de este proceso, prolongado durante decenas de años, es la pérdida de la biodiversidad. Y, además, un mayor riesgo de desaparición de las especies por catástrofes naturales o enfermedades. De la misma manera que el coronavirus afectó a los humanos, puede producirse un contagio masivo vírico o bacteriano en los animales, que provocase su sacrificio. El material genético guardado, en este caso, permitiría recuperar dichas especies.

Embriones y semen

El banco de Asturias está ubicado en la parroquia rural de Deva, en Gijón. En su interior mantiene congelados en nitrógeno líquido 481 embriones y 96.000 dosis de semen de asturiana de la montaña, conocida en la región como vaca casina.

En el hipotético caso de que el último ejemplar de esta especie muriese, no significaría la desaparición de la raza, ya que podría recuperarse a partir de los embriones congelados.

Actualmente, el banco solo puede garantizar la supervivencia de esta especie, sin recurrir a los procesos de clonación, porque para el resto de las especies que conserva no han podido congelar ovocitos femeninos, ya que su proceso de extracción y conservación es muy difícil.

Congelar semen tampoco es una tarea sencilla, ya que cada especie requiere de un procedimiento distinto, con productos diluyentes y conservantes específicos.

Además de constituir una reserva genética que en el futuro se puede completar con ovocitos femeninos, este material es utilizado para mejora de la cabaña ganadera mediante inseminación.

Los ejemplares para la extracción de material genético son seleccionados por las distintas asociaciones de criadores, en base a las características morfológicas, el estado de salud y la pureza de la raza.

Los investigadores comprueban la calidad de las muestras, evaluando el movimiento y el vigor de los espermatozoides y la integridad de la membrana plasmática y del acrosoma.

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