País Vasco

El 25% de los preceptores de la ayuda social vasca RGI ya son pensionistas

  • Responde al consejero Toña que su circunstancia personal no es la que tendrán otros pensionistas
  • Recalca que La pensión pública hay que salvaguardarla por encima de todo
  • Aboga por la previsión complementria en un escenario de rebaja de las pensiones de un 25%
Virginia Oregui, gerente de Geroa EPSV

La economista Virginia Oregui está muy preocupada por el futuro de los pensionistas ante la reducción que experimentarán las cuantías de las pensiones públicas en los próximos años por las reformas para la sostenibilidad del sistema y por los efectos de la crisis. La reducción media de las pensiones alcanzará un 25 por ciento en dos décadas y muchos jubilados se verán abocados a la pobreza. Ya hoy se dan este tipo de casos. En la actualidad en Euskadi hay ya 16.000 pensionistas que necesitan de ayudas sociales, de la RGI, para sobrevivir, número que no cesa de crecer año tras año.

Oregui aboga por prevenir futuras bolsas de pobreza con la generalización de las pensiones complementarias, especialmente las de empleo, para lo que hace falta una gran concienciación social e incentivos de las Administraciones. Critica las declaraciones del consejero de Empleo, Ángel Toña, cuestionando los sistemas de ahorro previsión.

Pregunta: Suelen decir que los fondos de pensiones son los primeros interesados en sembrar dudas sobre la viabilidad del sistema público de pensiones ¿Cree que debe cambiarse a otro modelo?

Respuesta: A la pensión pública hay que salvaguardarla si o si, por encima de todo. Pero los Estados van a llegar hasta donde van a llegar. Para prevenir y solventar los problemas que se van a presentar debemos crear un complemento de pensiones serio y digo 'complemento'porque en mi opinión no hay mejor pilar que la pensión pública. El complemento tiene que ser eficiente y amparar a los que menos tienen y eso implica un cambio de normativa fiscal tanto en el tratamiento de las aportaciones como en el de las prestaciones.

P: ¿Qué opinión le merece las declaraciones del consejero vasco de Empleo, Ángel Toña, recalcando que él no tiene ningún plan complementario, ni lo quiere tener, porque confía en que podrá vivir sólo de la pensión pública?

R: Me resulta bastante triste que personas del ámbito político, no sólo el consejero, extrapolen la situación del sector a sus condiciones personales. Creo que a los responsables públicos se les debería, cuando menos, exigir una visión de conjunto de la sociedad. Me parece estupendo que el señor Toña no necesite un complemento de pensiones, pero te puedo asegurar que no es el caso de lo que va a suceder en los próximos años a la ciudadanía. Yo creo que nuestros hijos si van a tener un problema.

P: Datos oficiales actuales indican que el 25 por ciento de los preceptores de la las ayudas públicas, de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) son jubilados con pensiones mínimas.

R: Eso es así ya. Hoy hay 16.000 pensionistas que ya necesitan ayudas públicas. Pero el problema no es sólo el número actual de preceptores de estas ayudas, sino cual ha sido la progresión en los últimos años, que ha sido increíble y que va a seguir siéndolo.

P: Con las reformas ya introducidas en la Seguridad Social ¿van a bajar mucho las cuantías de las pensiones?

R: Tenemos cuatro factores simultáneos que reducen la cuantía de la pensión. Entramos al mercado laboral más tarde. Hay más temporalidad y tener toda la vida laboral cotizada será muy complicado, habrá vacíos de cotización. Además, para el cálculo se exigirá el cómputo de casi toda la vida laboral, con lo cual la media también baja. Y después está el ?factor de sostenibilidad?. Todo esto sólo para determinar la cuantía de la pensión. Los expertos dicen que, de forma progresiva, se producirá una reducción de la cuantía de la pensión de hasta un 25 por ciento en dos décadas. Un jubilado que hoy pudiera acceder a una pensión de 2.000 euros netos al mes (muchas pensiones son más bajas), con el cambio de condiciones accederá a una pensión de unos 1.500 euros.

P: Hay mucha gente que está anticipando su jubilación porque piensa que luego las condiciones van a ser peores.....

R: Han aumentado las prejubilaciones por dos motivos: por una parte, la crisis ha echado a muchos trabajadores del mercado laboral, no han tenido más remedio que prejubilarse, lo implica pérdida económica en la pensión y, en algunos casos, de forma significativa. Otros, en cambio, voluntariamente han adelantado su jubilación para evitar que se les apliquen después los factores de sostenibilidad que están entrando progresivamente en vigor.

P: ¿Cuándo se incorpora ese 'factor de sostenibilidad'?

R: Se incorporará en 2019. Se tendrá en cuenta cuál es la esperanza de vida para después calcular las cuantías de los pagos mensuales. Como la esperanza de vida aumenta, automáticamente las mensualidades se verán reducidas, hay que distribuir el patrimonio entre más años. El factor de sostenibilidad será otro elemento de reducción de pensión. Pero el verdadero drama será otro.

P: ¿Cabe aún un drama mayor?

R: Si. Lo peor es que las pensiones no se revalorizarán en función del coste de la vida, los pensionistas perderán poder adquisitivo progresivamente. Aquellos que tengan las pensiones máximas y que hayan sido capaces de ahorrar, podrán solventarlo. Pero en general, una parte importante de la población necesitará ayudas públicas para hacer frente a los gastos básicos de supervivencia y de dependencia. No podemos olvidar, además, que con una mayor esperanza de vida las personas requieren de más servicios y soportes (sanidad, dependencia, etc) que incrementan mucho los costes.

P: ¿Tendrá que haber una alternativa pública para estas personas?

R: Una vía de respuesta es esperar a tener el problema encima y reaccionar con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Hoy el sistema ya es deficitario, necesitamos unos 15.000 millones al año para equilibrar el gasto de las pensiones y el Fondo de Reserva no aguantará muchos años. Esto implica un aumento del gasto público, que en combinación con las limitaciones de endeudamiento que marca la Unión Europea, obligará o a subir impuestos o tener que recortar otros gastos e inversiones en otras materias.

P: ¿También cabría una mejora del empleo y, por tanto, un incremento del número de cotizantes a la Seguridad Social?

R: Lo mejor tener muchos más cotizantes. Pero todas las previsiones oficiales apuntan a que el paro se reducirá muy lentamente. Además, en demografía los datos tampoco son halagüeños: baja natalidad, alta longevidad...

P: Esto se parece mucho a un laberinto sin salida.

R: Todo esto nos debe hacer hacen pensar. Poner todas las piezas del puzzle y encajarlas es complicado. Podemos volver al principio, analizar la situación para planificar actuaciones y prevenir desequilibrios.

P: ¿Lógicamente usted abogará por la previsión complementaria?.

Si. Demos un impulso a lo que son los fondos de pensiones, y en nuestro caso en Euskadi, a las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV). Creemos un complemento de pensiones generalizado que realmente lo sea, no solo un ahorro a largo plazo que puedo utilizar para cualquier fin.

P: En Euskadi estamos bastante bien en este sentido, el ahorro previsión es muy alto. El patrimonio acumulado ronda los 23.000 millones.

R: El patrimonio conjunto de las EPSV vascas suma unos 22.936 millones, lo que supone el 34% del PIB vasco, muy superior a la media del Estado, pero inferior a la de los sistemas más desarrollados. Pero no es un ahorro generalizado, está muy disperso. Unos tienen mucho y otros cantidades muy pequeñas. No sabemos cuántos ciudadanos tienen una EPSV y algunos tienen más de media docena. Hay una confusión sobre la previsión, el ahorro, ahorro fiscal, hipotecas ligadas a la contratación de planes de pensiones, etc. Hay una gran dispersión necesitamos reflexionar bien sobre el conjunto de la situación y sobre el modelo que queremos.

P: ¿Se ha creado el 'Consejo Vasco de Previsión'que reclamaba la Federación de EPSV para debatir sobre el futuro de la previsión?

R: Si, acaba de crearse. En el mismo están presentes Gobierno vasco, Diputaciones Forales, las EPSV, patronales, sindicatos, cooperativas, consumidores y dos expertos independientes, Jon Ander Aldecoa Olañeta y Francisco Javier Arrieta Idiakez. Ahora hay que hacerlo funcionar.

P: Muchos ahorradores desconfían de las EPSV no por las entidades, sino por los cambios regulatorios sobre estos mecanismos de ahorro y las dudas de si van a poder rescatar su dinero si les hace falta.

R: Insisto, lo primero que hay que hacer es diferenciar claramente entre lo que es 'ahorro previsión' y 'ahorro a largo plazo'. Hay mucha confusión. Para el ahorro previsión, que es de muy largo plazo, tiene que haber una seguridad jurídica. En algunos casos las reformas legales son tardías y en otras parece que responden más a las necesidades coyunturales de las Administraciones Públicas (recorte de las desgravaciones por necesidades presupuestarias, recortes de las aportaciones de las administraciones a los planes de sus trabajadores, etc) que a las necesidades del sector. El objetivo debiera ser promover una previsión complementaria generalizada.

P: Siendo la gerente de una gran EPSV de empleo, Geroa, lógicamente abogará por la generalización de las entidades de empleo frente a las individuales ¿Bajo qué argumentos?

R: La previsión en entidades de empleo es mucho mejor, primero, porque es un ahorro compartido entre empresa y trabajador. Además las EPSV que se autogestionan son más eficientes porque no tienen ánimo de lucro y nuestros costes son inferiores a las de las entidades individuales y esos costes en una vida laboral de 35 años restan bastante a la pensión. Además una ESPV de empleo es independiente a la hora de buscar inversiones, no dependen de una entidad financiera que promueva la EPSV. En ese sentido, nuestra visión está absolutamente alineada con el socio, con el trabajador. Y finalmente, las EPSV de empleo tienen elementos solidarios, mantenemos la esencia de ese mutualismo originario, existen coberturas adicionales para incapacidad permanente y fallecimiento del trabajador en activo. Para promover la generalización de las EPSV de empleo debieran recuperarse las deducciones fiscales para empresa y trabajadores.

P: ¿Qué tipo de deducciones?

R: La mejor manera de incentivar la previsión es por la vía fiscal. No deberían ser una deducción en base imposible, sino una deducción en cuota, que es más equilibrado. Deberían primase las deducciones de los sistemas de empleo, habría que tener deducciones para trabajadores (IRPF) y empresarios (Impuesto sobre Sociedades). Antes las hubo, pero se quitaron. También habría que analizar la fiscalidad de las ?prestaciones?, si verdaderamente lo que buscamos es un sistema de pensiones complementarias debiera primarse en el IRPF el cobro en forma de renta, frente al cobro en capital. Actualmente la mayoría de la gente lo cobra en forma de capital, tanto en las entidades individuales como en las de empleo porque la fiscalidad obliga a ello.

P: ¿Cómo es Geroa EPSV hoy, 20 años después de su nacimiento?

R: Geroa se creó en 1996 fruto de la negociación colectiva. En la actualidad acumula un patrimonio de 1.683 millones y alrededor del 30 por ciento de ese patrimonio acumulado procede de la rentabilidad de las inversiones realizadas. Ahora en Geroa están unas 9.800 empresas, de 29 sectores industriales diferentes y alrededor de 105.000 trabajadores

P: ¿Con el bloqueo de la negociación colectiva es posible recuperar el espíritu para promover otras EPSV de empleo?

R: La reforma Laboral, junto con la crisis, han dificultado de manera significativa las aportaciones a EPSV y la extensión del modelo de empleo. La falta de diálogo social tampoco ha ayudado. Ahora, nos encontramos en un nuevo contexto en que parece que el ámbito de negociación laboral se está centrando en la empresa y no en el sector. Tenemos que reflexionar y adaptarnos a esta situación. Se necesita generalizar las entidades de empleo, para que cuando un trabajador cambie de empresa puedan mantener su estrategia de ahorro.

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