A pesar de que las diferentes previsiones de Gobierno vasco, Confebask y Laboral Kutxa, entre otras, apuntaban a una pérdida de hasta 30.000 empleos en Euskadi durante 2020, la cifra final fue de 15.078 parados más que en el ejercicio anterior.
Este 'buen resultado' fue posible gracias a la figura de los Ertes, cuyo cometido era, precisamente, amortiguar la gran caída pronosticada. Así, 188.130 trabajadores estuvieron en un Erte en algún momento del pasado 2020, desde que se declaró el estado de alarma el 14 de marzo hasta el 30 de septiembre, según recoge un informe del Consejo Vasco de Relaciones Laborales. Fue un 30,4% de los empleados del sector privado en Euskadi, el 70% del sector servicios, el 25,6% de la industria y el 4,4%, de la construcción.
Casi 130.000 parados
Un total de 129.240 personas se encontraba en paro al cerrar un 2020 marcado por las crisis sanitaria, económica y social provocada por la Covid-19, según datos proporcionados por el Servicio Vasco de Empleo-Lanbide, 15.708 más respecto a diciembre de 2019 y 12.001 desempleados más que los cuantificados en febrero, previo a la paralización de la economía mundial.
Los resultados del final del ejercicio pasado, a los que se suman los buenos datos registrados en noviembre y diciembre, explican el cierto optimismo al que se aferra el Gobierno vasco para pensar que 2021 traerá la recuperación tanto del PIB (+6,7%) y del empleo (15.100 puestos de trabajo).
Aún así, desde el Ejecutivo autonómico señalan que la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia, a pesar del inicio de la vacunación contra el coronavirus, es "una de las sombras sobre la evolución del empleo en los próximos meses".
Por sectores, el incremento del paro penalizó a los servicios (+14,42%) y a la industria (11,70%). Casi uno de cada cinco empleados de hostelería que se encontraba en Erte en agosto, permanece en esta situación; mientras, el 92,2 % de trabajadores de la industria afectados por un Erte ha regresado a sus puestos de trabajo.
Sobre el perfil de los parados, el efecto de la crisis tampoco es homogéneo. Si en 2019 destacaba la paulatina reducción de paro de alta duración (más de un año) como expresión del crecimiento sostenido de la economía, tras la pandemia Lanbide tiene registradas a 67.516 personas que llevan sin trabajo más de 12 meses y ya representan el 52,24% del total de parados.
Respecto de las contrataciones, a lo largo de 2020 se hicieron 703.355 contratos, un 30,23% menos que en 2019) pero sólo un 7,3% era indefinido. Los sindicatos apuntan a un aumento de la precariedad laboral que incide, especialmente, entre las mujeres y los más jóvenes.
Perceptores de la RGI
Las personas con derecho a la prestación de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) aumentaron en diciembre en 339 personas, un 0,6 % más, hasta situarse en 54.747, un 4,4% más que en diciembre de 2019. Son 2.292 personas más que hace un año y 2.507 personas más que en febrero, en el inicio de la actual crisis. Hace una década, en la anterior crisis, se incrementó un 40% en sólo un año, con 55.410 perceptores en 2009.