La sequía de las salidas a bolsa no es ninguna novedad, pero el coronavirus puede dar al traste con el poco ánimo que existía ya de por sí para querer poner un pie sobre el parqué europeo. Hasta el viernes pasado, las 24 OPV (Oferta Pública de Venta) que se habían producido en Europa occidental habían levantado capital por un importe de 1.650 millones de euros.
Gracias a que JDE Peets mantuvo sus planes y se lanzó a la Bolsa de Ámsterdam hace dos días, esta cifra aumenta hasta los casi 3.900 millones de euros. Esto implica, a falta todavía de más de la mitad del año, dejar atrás al menos el peor ejercicio de OPVs desde la crisis financiera como fue 2009, con salidas que recaudaron 3.580 millones de euros, según datos recogidos por Bloomberg .

El grupo cafetero, conocido por ser el propietario de marcas como Saimaza, Marcilla, Hornimans o L'Or, consiguió levantar 2.250 millones de euros de capital en mercado, para una valoración final de 15.600 millones el día de su estreno. Una valoración insuficiente para los inversores que han llevado a sus acciones a subir algo más del 18%, hasta los 37,25 euros. Y es un buen arranque que tiene mucho que ver con que ha coincidido con la recuperación del mercado.
La segunda OPV por capital recaudado es la británica Calisen -441 millones-, de infraestructura energética, cae un 20% desde su estreno en febrero. El 13 de mayo lo hizo Pexip -el Zoom europeo-. Levantó 231 millones de euros y sube un 41,3% desde entonces en Oslo. Musti Group, tercera OPV más grande del año en Europa, sube un 56% desde su salida en la Bolsa de Helsinki. Vende comida para mascotas. "El mercado de las OPV se ha vuelto muy selectivo", aseguran en Goldman Sachs, en declaraciones a Bloomberg, entre otros motivos, porque "los inversores" ahora están "muy polarizados" entre quienes eligen "negocios grandes y estables y los que optan por tecnología con fuerte crecimiento, que pueda probar su rentabilidad", reconocen en JP Morgan.
Está por ver cómo finaliza el año, ya que es complicado que una compañía mantenga su intención de cotizar (ITF, en sus siglas en inglés) si las bolsas mundiales siguen cayendo. La siguiente meta a batir para 2020 es el año de la crisis de deuda (2012) con 8.980 millones de euros.