Opinión

Salarios, sindicatos y multinacionales

La caída de los salarios es, a mi juicio, uno de los problemas más graves que hoy tienen los países de la UE, con España en el grupo de cabeza.

El analista Carlos Sánchez publicó este verano un artículo1 en torno a un estudio norteamericano de las profesoras Barbara Biasi (Universidad de Yale), Zoe Cullen (Universidad de Harvard), Julia Gilman (MIT de Massachusetts) y Nina Roussille (MIT). Los datos se han obtenido de unas encuestas en las que han entrevistado a casi 200 organizadores que representan a 26 sindicatos, 14 industrias y 36 estados de EEUU. Además, para alcanzar sus conclusiones utilizaron las bases de datos sobre contratos del sector privado entre 2002 y 2022 (que custodia la Oficina de Normas Laborales y de Gestión), así como información del Servicio Federal de Mediación y Conciliación sobre las unidades de negociación colectiva entre 2015 y 2021.

La primera conclusión, y la más significativa, es que a medida que aumenta la desigualdad salarial disminuye la atención de los sindicatos a las cuestiones relacionadas con las nóminas. Precisamente, por su menor influencia en la fijación de los salarios. Una influencia que crece cuando crecen las plantillas de trabajadores y caen cuando el número de asalariados disminuye. La disminución de empleados cae al introducir nuevas tecnologías que sustituyen con ventaja al trabajo humano.

Los salarios medios en EEUU aumentaron más en aquellos estados en los que la tasa de sindicalización disminuyó menos. En estos estados no fueron solo las corporaciones y los salarios altos quienes se beneficiaron del crecimiento económico, sino también los trabajadores con escalas salariales inferiores, tanto sindicalizados como no sindicalizados. El estudio ha encontrado evidencias de que el salario mínimo promedio de los estados con alta densidad sindical es de 13,70 dólares, mientras que el salario mínimo promedio en los estados con baja densidad sindical es de 9,3 dólares.

Con estas premisas es fácil deducir que en España la evidente decadencia sindical está detrás de los bajos salarios que padecemos. ¿Y por qué se ha producido esa decadencia sindical? A mi juicio, el tamaño de las empresas está directamente correlacionado con la proporción de trabajadores sindicados. Y es que la baja sindicación otorga una gran ventaja a los empresarios a la hora de negociar un convenio colectivo.

Es lo que el citado estudio llama "trampas de desigualdad", que significa que la negociación colectiva, que tradicionalmente es un contrapeso a la desigualdad, se vuelve cada vez más difícil a medida que se amplían las brechas salariales.

A este fenómeno infrasindical -que rebaja los salarios y con ello empobrece a una parte notable de la sociedad- se ha unido hace ya años otro fenómeno perverso de la mano de los ejecutivos de las grandes empresas, pues pagan los impuestos que tienen que pagar no en los países donde tienen sus fábricas, sino que tramposamente han trasladado su dirección a países donde las tasas impositivas son o muy bajas o inexistentes. Con estas prácticas tramposas esos empresarios consiguen reducir drásticamente los ingresos públicos y con ello la capacidad de los Estados para sostener lo que en tiempos mejores y más justos se llamó sociedad del bienestar. Para concluir, un dato español definitivo: el 90% de la recaudación del IRPF proviene de los asalariados, que representan dentro del PIB menos del 40%.

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