Opinión

Daño para el campo y los consumidores derivados de los incendios y el excesivo calor

Incendio forestal

Las consecuencias de los incendios del agosto negro que España vive en 2025 y, sobre todo, de la ola de calor más larga de nuestra historia reciente, no desaparecerán cuando se apaguen las llamas y bajen los termómetros.

A los posibles efectos destructivos del fuego en vides y olivos –unidos a la desaparición de pastos para el ganado–, se suman los perjuicios que el calor inusual ya provoca en la floración y el cuajado de aceitunas y uvas. Es pronto para estimar los daños, que podrían llegar al 30% de la cosecha que en breve se inicia.

Con todo, existe un riesgo real de que agricultores y ganaderos afronten importantes pérdidas, y los consumidores vuelvan a ver encarecimientos en productos que, como el aceite de oliva, recuperaron cierta estabilidad.

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