Madrid
El ciclo de subidas de tipos de interés que el BCE inició en 2023 impulsó la rentabilidad de la deuda soberana y convirtió a los fondos de renta fija en uno de los activos preferidos del inversor conservador. Un escenario positivo que la industria de la inversión nacional aprovechó para impulsar la captación de clientes. No en vano, una docena de fondos nacionales se encuentran ya entre los gigantes de la deuda de Europa, al manejar un patrimonio superior a los 1.000 millones. Un dato que refleja que las bajadas de tipos realizadas por el BCE desde el pasado verano, que impacta de forma negativa en la rentabilidad de estos productos, no ha provocado la fuga de clientes. Algo que ha sido posible gracias a la buena gestión activa realizada por las entidades.