
La ponencia política que el PP presentará en el congreso nacional a celebrar este fin de semana, a la que tuvo acceso elEconomista, recoge un endurecimiento en el ámbito de la política migratoria. En concreto, la formación de Alberto Núñez Feijóo propone una mejor regulación del sistema que establezca vías efectivas de entrada legal donde se prime la llegada de extranjeros culturalmente cercanos y que cubran las necesidades del mercado laboral. Pero lo más novedoso que propone es quitar ayudas sociales, como las del ámbito educativo o el acceso a la sanidad pública, a migrantes que estén en situación irregular aunque estén empadronados. Asimismo, la formación aboga por condicionar la residencia de larga duración a aquellos extranjeros que hagan una contribución efectiva a la Seguridad Social. Todas estas iniciativas apuntan a un giro de la política migratoria del PP, en línea con las formaciones de su misma corriente ideológica en el resto de Europa.
El cambio de dirección se produce en un contexto en el que el boom de extranjeros ilegales, que recalan en España desde la pandemia, está convirtiendo la inmigración en uno de los problemas que más preocupan a los españoles. Sin duda, la llegada de extranjeros es necesaria en un contexto de envejecimiento acelerado de la población. Pero eso no quiere decir que se deba mantener una política migratoria que permita la llegada de cualquiera y que, además, provoque un despilfarro de los recursos públicos. Abogar por un control de la inmigración en los países de origen y una mayor regulación, como propone el PP, va en la buena dirección. Solo así se captará una inmigración legal y más cualificada, que nuestras empresas necesitan para cubrir sus vacantes.