Opinión

Funerales sostenibles, una vía para reducir costes y transformar el sector

  • Un funeral ecológico puede suponer una reducción de costes de entre 30% y 50% respecto a un servicio convencional
  • En España, aunque el modelo aún está en fase de maduración, el interés del consumidor ha crecido más del 40% en los últimos cinco años, según datos de empresas del sector
  • La transición del sector funerario hacia la sostenibilidad es, por tanto, inevitable
Hombre trajeado sujetando un féretro
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En un contexto marcado por la necesidad de contener costes y, al mismo tiempo, adaptarse a una ciudadanía cada vez más consciente del impacto ambiental, los funerales sostenibles se consolidan como una solución eficiente y alineada con las nuevas demandas sociales y económicas. Frente a un modelo tradicional, esta alternativa permite ofrecer despedidas más accesibles, responsables y adaptadas a los valores actuales de los ciudadanos, sin renunciar a la calidad del servicio ni al acompañamiento emocional.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) estimaba ya en 2018 que el coste medio de un sepelio tradicional en España rondaba los 3.300 euros, aunque en ciudades como Madrid o Barcelona puede superar fácilmente los 5.000 euros, dependiendo del tipo de servicios contratados. Esto convierte a los funerales en uno de los gastos más significativos e imprevistos a los que una familia puede enfrentarse.

El elevado coste se explica por una combinación de factores: servicios presenciales, infraestructuras físicas sobre dimensionadas y una lógica comercial aún muy centrada en el modelo presencial tradicional. Sin embargo, esta estructura no solo genera tensiones económicas, sino también medioambientales. Solo por poner algunos ejemplos: los ataúdes barnizados, los procesos de embalsamamiento con productos químicos o la propia cremación suponen un impacto directo en emisiones de CO2, uso de energía y generación de residuos.

En este contexto, los funerales sostenibles representan una oportunidad de disrupción positiva para el sector. No se trata simplemente de introducir elementos "verdes", sino de repensar el modelo desde la eficiencia, la personalización y el ahorro no solo económico sino que también en la huella de carbono. Se percibe, además, un crecimiento constante de la demanda de servicios sostenibles. No solo porque responden a valores éticos, sino porque son una opción económica más racional. Un funeral ecológico puede suponer una reducción de costes de entre 30% y 50% respecto a un servicio convencional, sin perder calidad ni acompañamiento emocional. Esto se logra, por ejemplo, eliminando servicios innecesarios, optando por ataúdes biodegradables de cartón o madera reciclada, urnas ecológicas o ceremonias al aire libre sin grandes estructuras ni traslados.

Además, al reducir intermediarios y ofrecer una planificación previa mediante plataformas digitales, se evita la presión emocional que muchas familias sufren en el momento del fallecimiento, y que a menudo se traduce en decisiones precipitadas con un alto coste económico. En países como Reino Unido, Países Bajos o Canadá, el mercado de los funerales sostenibles ya es una tendencia consolidada. En España, aunque el modelo aún está en fase de maduración, el interés del consumidor ha crecido más del 40% en los últimos cinco años, según datos de empresas del sector. También están surgiendo iniciativas vinculadas a cementerios verdes, bosques memoriales o modelos de suscripción funeraria, que anticipan un cambio de paradigma.

La sostenibilidad no solo reduce el coste operativo (menos infraestructura, menos logística, menos materiales), sino que permite diversificar servicios, entrar en nuevos nichos y fidelizar a una clientela más joven y exigente. También ofrece una ventaja competitiva en licitaciones públicas, donde los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) cada vez pesan más. En un momento donde la presión inflacionaria afecta a las economías domésticas y el envejecimiento demográfico exige soluciones escalables, apostar por modelos funerarios más sostenibles es una vía lógica y eficiente para garantizar viabilidad empresarial y alineamiento social.

La transición del sector funerario hacia la sostenibilidad es, por tanto, inevitable. Pero también es rentable. Implica abandonar estructuras ineficientes y poco transparentes para abrazar modelos más livianos, tecnológicos y centrados en el usuario. Modelos donde la personalización y la conciencia medioambiental no son incompatibles con la eficiencia económica, sino precisamente su palanca. El legado de una persona puede medirse también por cómo quiso ser recordada. Y cada vez más ciudadanos optan por dejar tras de sí un impacto positivo, no una factura elevada ni una huella ecológica evitable. El sector tiene ante sí el reto —y la responsabilidad— de facilitar ese deseo. Porque, como ocurre en tantos otros ámbitos, la sostenibilidad no es sólo una exigencia ética: es una decisión empresarial inteligente.

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