
Casi 1,5 millones de personas no acudieron a su puesto de trabajo al día en 2024, lo que supuso la pérdida del 5,2% de las horas pactadas. A nivel económico, estas ausencias generaron una factura de 28.987 millones el pasado año, un 14,45% más que en 2023. Una cifra que refleja el alto coste que para el Estado y las empresas tienen las ausencias al trabajo. Con el fin de poner coto al impulso que el absentismo muestra tras la pandemia, el Ministerio de Seguridad Social ha traslado a los agentes sociales varias propuestas. En concreto, el departamento de Elma Saiz facilitará la incorporación tras bajas de más de 3 meses con altas progresivas de 30 días en los que se percibirá el 50% del salario. Asimismo, Seguridad Social vuelve a poner el foco sobre las mutuas para abordar el incremento de las bajas por incapacidad temporal.
En concreto, su propuesta pasa porque las mutuas puedan dar de alta a los trabajadores que se encuentren de baja por una lesión producida en el trabajo desde hace más de un año. Este tipo de procesos han pasado de sumar 45.000 bajas en 2020 a 210.000 en la actualidad. Pese a ello, su impacto en el absentismo es limitado, aunque supone una buena noticia que el Ejecutivo de pasos en la buena dirección para frenar las ausencias al puesto de trabajo. Con todo, la solución definitiva sería que las mutuas fueran las que gestionaran las ausencias por contingencias comunes, que son las más habituales. Una medida que, por desgracia, no está aún encima de la mesa.