
Desde antes de la pandemia se está produciendo un notable incremento de las ausencias por incapacidad temporal. En concreto, los días no trabajados por esta causa se han disparado un 61,3% desde 2019. Un repunte que es cinco veces superior al crecimiento de los días trabajados y que supone que cada cotizante no acude a su puesto laboral 4,6 días por trimestre de media. Los datos reflejan el impulso que muestra el absentismo, una lacra que tiene un alto coste para la Seguridad Social y para las empresas. Pese a ello, el Gobierno y las autonomías aún no ponen fecha al acuerdo para la cesión parcial a las mutuas de la gestión de bajas laborales por traumatismos -las más frecuentes-. Sin esta herramienta, el absentismo tiene vía libre para seguir creciendo sin freno.