
La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, tilda de "pérdida de tiempo" presentar los Presupuestos de 2025 al no existir acuerdo previo con los grupos parlamentarios. Confirma con ello el escaso interés del Ejecutivo por aprobar unas nuevas cuentas públicas, lo que aboca a volver a prorrogar las de 2023. Una situación anómala con la que el Gobierno se siente a gusto, ya que además supone una insospechada ayuda para que Pedro Sánchez puede elevar el gasto en Defensa sin someter esa medida al control del Congreso.
No en vano, el análisis de las Cuentas todavía vigentes del año 2023 revela la existencia de un artículo introducido en 2021 que está aún plenamente activo. Se trata en concreto de una cláusula que deja las manos libres al Ministerio de Hacienda para reasignar créditos entre ministerios. De hecho, las únicas medidas para esta operación se ciñen a contar con la aprobación del Consejo de Ministros y a respetar el último techo de gasto no financiero aprobado. Es decir, el Gobierno cuenta con un 'arma' que le da la potestad de trasladar partidas de otros departamentos a Defensa y cumplir así el gran compromiso de Sánchez de aumentar el gasto militar hasta alcanzar el 2% del PIB antes de 2029. La existencia de esta cláusula convierte en plenamente legal la maniobra del Ejecutivo de impulsar los desembolsos en Defensa sin el aval del Congreso. Pero no por ello deja de ser cuestionable. A ello contribuye que dicha cláusula se creó para la situación de emergencia generada por la pandemia del Covid. Un contexto que no existe en la actualidad. Por ello, resultaría criticable que el Gobierno se sirviera de su incapacidad para sacar adelante los Presupuestos para utilizar un recurso con el que elevar el gasto en Defensa por la puerta de atrás.