El sector inmobiliario lleva tiempo advirtiendo que el tope a la subida de las rentas del alquiler incluido en la Ley de Vivienda iba a provocar una merma en la oferta de pisos en el mercado. Pese a este aviso la normativa siguió adelante, y más de un año después de su entrada en vigor, ya se puede asegurar que los negativos presagios de las empresas se han convertido en realidad.
Así lo demuestran los datos correspondientes a este mercado en Cataluña que a día de hoy es la única comunidad autónoma que aplica el límite de las rentas a las llamadas zonas tensionadas. Lo hizo hace ahora justo un año, un periodo en el que la oferta de viviendas disponibles para arrendar ha caído en más de 40.000 inmuebles, lo que supone que el 25% de los pisos se han borrado del mercado, según Alquiler Seguro.
Una dramática caída de la oferta que está motivada por la imposibilidad que los caseros tienen de obtener una rentabilidad adecuada con estos activos al estar topados sus precios. Los datos demuestran que tal y como las empresas avisaban, el intervencionismo en el alquiler provoca que haya menos oferta, ya que expulsa a los propietarios del mercado. Esta alarmante falta de pisos es la razón que explica por qué la subida de las rentas en Cataluña supera por un punto (12,1% frente a 11%) a la media española, según Idealista.
Queda así patente que topar las subidas no resuelve el problema del alquiler, sino que lo agrava. De hecho, la única respuesta posible pasa por eliminar trabas burocráticas y alcanzar acuerdos entre administraciones para impulsar el alquiler social y, también, por suprimir iniciativas intervencionistas que crean inseguridad jurídica e impiden que los dueños de los pisos pongan sus activos en el mercado.
