Opinión

Que el taxi no distorsione la realidad: VTC y taxi tienen tasas de siniestralidad prácticamente idénticas

El lobby del taxi en Madrid ha vuelto a la carga con su táctica favorita: desinformar. Ahora, han lanzado una campaña para desprestigiar a las VTC (vehículos de transporte con conductor), alegando tasas de siniestralidad significativamente más altas. Sin embargo, esta narrativa, amplificada por algunos medios de comunicación, ataca injustamente a las VTC e ignora un contexto crucial. La verdad, basada en datos oficiales, pinta un panorama muy diferente: la tasa de siniestralidad por viaje es prácticamente la misma para VTC y taxis.

Informes recientes citados por algunas asociaciones de taxistas destacan cifras brutas de la Policía Municipal de Madrid, que muestran más accidentes con VTC involucradas que con taxis. Esta afirmación no solo es falsa, sino que es un claro ejemplo de manipulación de datos. Sí, las VTC registran más accidentes en cifras absolutas, pero ciertos sectores del taxi ignoran un aspecto fundamental, y es que las VTC realizan más del doble de servicios diarios que los taxis.

Los datos del "Estudio sobre la gestión del transporte en vehículos taxi/VTC en la Comunidad de Madrid" revelan que las VTC realizan más del doble de servicios diarios en comparación con los taxis. Utilizando datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, las VTC realizan 188.137 servicios diarios, mientras que los taxis realizan un estimado de 157.995. Esto se traduce en 21,2 servicios diarios por licencia VTC activa frente a sólo 10,1 para los taxis.

Considerando estas cifras, la tasa de siniestralidad por viaje cuenta la verdadera historia. Calculando la tasa de siniestralidad como una proporción de accidentes por servicio completado, utilizando datos de 2024 (904 accidentes para VTC y 704 para taxis), se muestra una tasa casi idéntica: 0,0013% para VTC y 0,0012% para taxis. Esta diferencia insignificante demuestra que el riesgo de accidentes es prácticamente el mismo para ambos medios de transporte.

Además, las VTC no solo son igual de seguras que los taxis, sino que también operan de manera más eficiente. Con una flota significativamente menor (8.871 licencias de VTC frente a 15.639 taxis en Madrid), las VTC realizan más servicios diarios, optimizan recursos y reducen los trayectos en vacío (sin pasajeros) en un 43,6% en comparación con los taxis. La diferencia entre ambos sectores no radica en la seguridad, sino en la capacidad de responder de manera más eficiente, flexible y sostenible a las demandas de la movilidad urbana.

Otro de los argumentos empleados por el sector del taxi es la supuesta relación entre las VTC y el aumento de las primas de seguros para los taxistas. Intentan presentar a las VTC como un chivo expiatorio, atribuyéndoles la culpa de algo que no les corresponde. Una afirmación que no solo carece de fundamento, sino que parece formar parte de una estrategia recurrente centrada en señalar a las VTC como el origen de todos los problemas del sector.

El incremento de las primas de seguros no distingue entre taxis y VTC. Es importante recordar que ambos ofrecen un servicio público similar, bajo las mismas exigencias legales en materia de seguros y coberturas para los usuarios. El reciente aumento de las primas es un fenómeno general del sector, no exclusivo de un modelo u otro y afecta a las VTCs de la misma manera. Por ello, resulta lógico exigir un trato equitativo tanto para las VTC como para los taxistas.

Lo preocupante no es solo la falta de rigor de estas acusaciones, sino el trasfondo que revelan. Estas campañas no parecen responder a un interés legítimo por la seguridad o los seguros, sino a una estrategia deliberada para limitar la actividad de las VTC mediante desinformación y presión política. Este tipo de maniobras no contribuyen a solucionar los problemas del sector; al contrario, profundizan la división y alimentan un enfrentamiento que no beneficia a nadie, ni a los conductores ni a los usuarios.

Las administraciones públicas tienen la responsabilidad de actuar con un enfoque objetivo y basado en datos reales, reconociendo la contribución de ambos sectores a la movilidad urbana y promoviendo reglas justas y equitativas. Los datos no mienten. Es hora de dejar de proteger privilegios históricos y apostar por un sistema de transporte justo, competitivo y que realmente beneficie a los usuarios.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky