La Fed y el BCE fueron de la mano durante el largo periodo de escalada de la inflación y también se mantuvieron unidos al inicio del ciclo de recortes de tipos. Pero todo apunta a que la divergencia entre ambos bancos centrales será la nota dominante en 2025.
De hecho, los analistas esperan que el eurobanco vuelva a bajar el precio del dinero en su reunión de esta semana mientras que la Fed no efectuará movimiento alguna al respecto. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la implantación de sus políticas arancelarias y de bajadas de impuestos que amenazan con subir los precios explica ambos bancos hayan separado sus caminos. El euro será uno de los grandes afectados de ello, hasta el punto de alcanzarse la paridad con el dólar a lo largo del año.