
Hacen subir los precios. Los alquileres están por las nubes. Y los lugareños ya no pueden permitirse una casa. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, está tan harto de que los expatriados adinerados inflen el mercado inmobiliario que está planeando un impuesto del 100% a cualquier persona de fuera de la UE que compre una casa en España. Por supuesto, eso podría resultar popular a corto plazo, pero España pagará un alto precio por cerrar la puerta a los extranjeros acomodados.
Cualquiera que soñara con comprar un pequeño lugar en la Costa del Sol o en las colinas de Cataluña probablemente pueda olvidarse de él. Muy pronto se enfrentarán a un impuesto adicional del 100%, una tasa de impuesto sobre el valor de inmueble que incluso la ministra de Hacienda de Reino Unido, Rachel Reeves, podría considerar un poco exagerada. Dado que no se puede recuperar cuando se vende la propiedad, se cerrará efectivamente el mercado español a los extranjeros. O alquilas o te vas a otro lugar.
Por supuesto, con el aumento de los precios de las propiedades y la escasez de lugares para vivir, es fácil ver a qué se refiere Sánchez. La gente no puede permitirse una vivienda y los extranjeros ricos son un blanco fácil, al igual que en el Reino Unido. Aun así, sigue siendo un gran error.
En primer lugar, los números son minúsculos. Se estima que 27.000 propiedades españolas fueron compradas por residentes no pertenecientes a la UE el año pasado, y la multitud de jubilados británicos solo es una pequeña proporción de eso. Para un país con una población total de 48 millones de habitantes, eso es un porcentaje ínfimo. La mayoría de ellos se encuentran en un puñado de ciudades. Pretender que expulsarlos hará alguna diferencia para el español promedio es simplemente ridículo.
A continuación, los extranjeros traen inversión y puestos de trabajo. España ha logrado expandirse significativamente más rápido que el resto de Europa en los últimos años, con una tasa de crecimiento del 2,7% el año pasado. El dinero que los foráneos traen al país no ha sido la única explicación para ello. Pero sin duda ha ayudado a España a modernizarse e internacionalizar su economía, sobre todo teniendo en cuenta que está captando inversores que se han trasladado a España en los últimos años, y no solo jubilados en busca de sol. Al igual que gran parte de Europa, incluido el Reino Unido, el verdadero problema de la vivienda en España es que no se construye lo suficiente y hay demasiados inmigrantes poco cualificados. Cerrar el país a los extranjeros ricos podría servir para ganar algunos votos, pero no va a resolver el problema real.