Barcelona
Al comenzar un nuevo año, es habitual que expertos de diversos sectores anticipen las tendencias que marcarán los próximos meses. En el ámbito de la Inteligencia Artificial (IA), una tecnología que ha capturado la atención global, es interesante explorar qué dicen estos expertos y resumir qué nos depara el 2025 que justo acabamos de estrenar.
IA generativa: avances y desafíos
La IA generativa, popularizada por herramientas como ChatGPT, ha evolucionado notablemente desde su aparición hace dos años. Recientemente, OpenAI presentó su modelo o3, que supera a expertos humanos en pruebas matemáticas y científicas, alcanzando niveles superiores en evaluaciones diseñadas para detectar inteligencias artificiales avanzadas.
Este progreso sugiere que pronto veremos textos más naturales, imágenes de alta calidad y videos sofisticados generados por sistemas con capacidades que rivalizan con las humanas. Menos claro está el progreso en conceptos tan humanos como la creatividad.
Sin embargo, este avance también ha suscitado inquietudes sobre quién controla esta poderosa tecnología, sus capacidades e influencias, e incluso especulaciones sobre su posible autoconsciencia. Aunque estas preocupaciones pueden parecer prematuras, es esencial mantener una vigilancia constante sobre el desarrollo y la aplicación de estas tecnologías.
La brecha digital en la IA
A pesar de los avances, persiste una creciente brecha digital en la IA. A diferencia de la digitalización acelerada por la pandemia, que impulsó a la mayoría a integrarse al mundo digital, la adopción de la IA no ha seguido el mismo patrón.
La UNESCO ha señalado desigualdades en el acceso, los beneficios y las oportunidades relacionadas con la tecnología de IA entre diversas regiones, comunidades y grupos socioeconómicos. Abordar esta disparidad será crucial para garantizar que los beneficios de la IA se distribuyan equitativamente.
Integración de IA en la robótica
Empresas líderes, como Nvidia, están explorando la integración de la IA en la robótica, lo que podría generar un interés significativo. La idea de combinar un robot humanoide con un sistema de IA similar a ChatGPT abre posibilidades fascinantes: desde asistentes domésticos que realizan tareas cotidianas hasta cuidadores virtuales que supervisan la salud de las personas mayores.
Aunque es posible que parte de esta visión responda a estrategias de marketing o diversificación a medio plazo, la convergencia de estas tecnologías promete transformar múltiples sectores.
Agentes de IA autónomos
Un término que ganará relevancia es el de "agentes de IA". Estos programas informáticos están diseñados para realizar tareas o resolver problemas de manera autónoma, emulando aspectos de la inteligencia humana. Su capacidad para funcionar sin intervención humana constante los hace valiosos en diversos ámbitos.
En el sector financiero, por ejemplo, ya se observa la presencia de agentes que analizan tendencias del mercado y emiten recomendaciones de inversión. Estos sistemas, equipados con algoritmos avanzados, analizan información, toman decisiones basadas en objetivos específicos y aprenden de los resultados para mejorar su eficacia con el tiempo.
No obstante, la supervisión humana seguirá siendo esencial para garantizar su correcto funcionamiento y ética en la toma de decisiones.
Desafíos en la infraestructura tecnológica
El avance de la IA exige una capacidad de computación en constante crecimiento. Este incremento plantea desafíos significativos en términos de consumo de recursos. Los centros de datos requieren grandes cantidades de energía eléctrica y sistemas de refrigeración eficientes, lo que implica un uso intensivo de agua.
Por ello, la investigación se orienta no solo hacia el desarrollo de chips más potentes, sino también hacia soluciones más eficientes y sostenibles.
Conclusión
El 2025 se perfila como un año de consolidación y expansión para la inteligencia artificial. Dos tendencias que fortalecen un avance imparable. Desde mejoras en la IA generativa hasta la integración de sistemas autónomos en diversos sectores, la tecnología continuará avanzando a pasos agigantados. Sin embargo, es imperativo abordar los desafíos éticos, sociales y medioambientales que surgen en paralelo, garantizando que el progreso tecnológico beneficie a toda la sociedad de manera equitativa y sostenible.