
Tras un buen año bursátil en ambas orillas del Atlántico, los mercados europeos y estadounidenses comenzarán 2025 con expectativas muy diferentes de rentabilidad. Frente al potencial del 8% de los índices del Viejo Continente, palidece el 5% –como máximo– que EEUU ofrece.
Ahora bien, la contundencia de estas cifras no disuade a los analistas de tomar más posiciones en este último país. La paradoja se explica al considerar que las expectativas de beneficios de las empresas estadounidenses son inalcanzables para sus homólogas europeas –a escala global solo el gigante petrolero saudí Aramco ofrece un nivel comparable. Se trata de una brecha imposible de cerrar mientras Europa siga siendo irrelevante en los sectores clave de la economía del futuro.