Bolsa, mercados y cotizaciones

La expectativa de rentabilidad de 2025 se queda en la mitad de lo logrado este año

  • Este ejercicio ha superado con creces las predicciones del mercado
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Con apenas diez sesiones de mercado por delante para cerrar el año y ya haciendo balance de lo que ha sido 2024, el resumen es que el ejercicio ha desbordado las previsiones. Si el éxito es la diferencia entre expectativas y resultados, el año lo ha sido. El presupuesto de 2024 para una cartera equilibrada, mitad renta variable, mitad renta fija, se construía en torno a un 5,5%. Porcentaje que se descomponía del 3% que debía generar la deuda y el 8% de la bolsa, detraído este último de la inversa del PER (veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) de la bolsa europea.

La realidad es que las carteras deberían acercarse hoy a casi doblar la expectativa de lo presupuestado a inicio de año. Y, casi ni siquiera hace falta comentar, que triplican las expectativas si la posición en bolsa se sustenta en mercado estadounidense, en donde las rentabilidades se han desbordado y han encontrado un viento todavía más adicional en el dólar.

El año que comenzaba con el temor a una recesión, que luego ni siquiera se ha convertido en desaceleración suave para la economía mundial (Alemania y Francia no son el centro del mundo ni el eje de rotación del globo terráqueo), termina con un optimismo que hay que controlar. Y de herencia 2024 nos deja a los inversores que en la brújula del mercado hay que seguir el camino del cumplimiento de las previsiones de beneficio y menos la geopolítica, a los bancos centrales y la reflación.

La planificación para 2025 obliga a rebajar las previsiones para esa misma cartera equilibrada, mitad renta variable, mitad renta fija, de la que creo que hay esperar un 4,75%. En la parte de deuda, esencialmente la de corto plazo, pienso que se debe lograr entre un 2% y un 2,5%. Las Letras del Tesoro han demostrado eso que venimos contando durante todo el año, que si eran enormemente nutritivas a finales de 2023, ahora son insípidas y acabarán dando hambre el año que viene. Y la deuda con duración obliga a mucha gestión activa porque la dirección de la brújula de los mercados puede desviarse hacia la reflación.

Para la bolsa hay que rebajar la expectativa de ganancia porque la mejora ha deteriorado el multiplicador de beneficios que se paga por ella. Si la referencia para el inversor europeo es el Stoxx 600, la inversa del PER genera una potencialidad de ganancia entre el 7%/7,5%.

Hay una buena noticia por la idea de la opinión contraria para la bolsa europea, que este año sale menoscabada frente a la estadounidense en el punto de partida, al contrario de otros años en los que siempre se ha sublimado que está más barata. Además, no despreciemos que si la bolsa europea supera máximos anuales, su objetivo siguiente será atacar máximos históricos, anclados en los de la burbuja.com, de hace dos décadas.

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