Opinión

Donald Trump y sus amigos

  • Promueve una estrecha relación entre el empresariado y los funcionarios 

La derrota de Kamala Harris produjo una fuerte depresión entre sus partidarios. Y es que algunas predicciones sugerían, por ejemplo, que podría ganar en Iowa, pero allí perdió por 14 puntos, y también perdió en Carolina del Norte, Ohio, Florida y Georgia y, finalmente, perdió Pensilvania, el estado natal de Biden, que fue clave en la victoria demócrata de 2020.

Tras la victoria, Trump ha comenzado a componer un gobierno heterodoxo que, según los expertos norteamericanos, está compuesto por "excéntricos". Para empezar, el nombramiento de Tom Homan, antiguo director de la policía migratoria, para que se encargue de realizar "una deportación masiva".

Otro nombramiento es el de Mike Waltz como consejero de Seguridad Nacional. Resulta curioso que Waltz haya defendido consistentemente la necesidad de enviar más ayuda militar a Ucrania, posición que choca con los comentarios del vicepresidente electo, JD Vance.

Para el otro departamento clave de la proyección exterior norteamericana, Defensa, Trump ha nominado a Pete Hegseth, veterano de Irak y Afganistán de 44 años.

Trump anunció a Tulsi Gabbard para dirigir Inteligencia Nacional, el departamento que supervisa a 18 agencias de inteligencia, entre ellas la CIA, el FBI y la Agencia de Seguridad Nacional. Gabbard, antigua congresista demócrata reconvertida en republicana, ayudó a Trump a preparar la entonces potencial transición a la presidencia. El problema de Gabbard, a ojos de los demócratas y de bastantes republicanos, es que carece de experiencia en cuestiones de inteligencia y tiene un historial de diseminación de argumentos apócrifos de la propaganda rusa acerca de cuestiones como Siria y Ucrania.

Más tarde se anunció que congresista de Florida Matt Gaetz sería nominado para secretario de Justicia. Gaetz es, probablemente, el republicano más detestado por sus colegas de partido: un agitador que ha producido titular tras titular por sus comportamientos intempestivos, como cuando invitó a un negacionista del Holocausto a un discurso del Estado de la Unión.

Quizá lo más llamativo haya sido anunciar la entrada en el gabinete de Robert F. Kennedy Jr., hijo del asesinado Robert Kennedy y sobrino del también asesinado presidente John Kennedy para dirigir el departamento de Salud y Servicios Humanos. Sus detractores recuerdan que Kennedy ha sido uno de los más conocidos militantes antivacunas de Estados Unidos; alguien que ha ligado el autismo con las vacunas, manejado teorías conspirativas relativas al fluoruro del agua corriente y descrito las agencias reguladoras de la comida y los medicamentos como nidos de corrupción.

Todo ello irá parejo en la formación del gabinete de Trump a la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental, o DOGE, que encabezará el hombre más rico del mundo, Elon Musk.

En el fondo, se trata de lo que se denomina "capitalismo de amiguetes" (crony capitalism), una economía en la que el éxito de los negocios depende de la estrecha relación entre parte del empresariado y los funcionarios gubernamentales.

Un grupo de 23 premios Nobel de Economía americanos han firmado un documento oponiéndose al programa y a las intenciones económicas de Trump, pues, aunque cada uno de ellos tiene "diferentes puntos de vista sobre las particularidades de la política económica", todos estaban de acuerdo en que la agenda económica de los demócratas era "ampliamente mejor que la de Trump".

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