
Tras dos aplazamientos, el grueso del paquete tributario que el Gobierno pretendía aprobar para cumplir con Bruselas y pedir más pagos de fondos Next-Gen, naufraga en el Congreso. El Ejecutivo sí logra sacar adelante el alza del tipo máximo del IRPFa las rentas de capital.
Pero otras medidas de calado, como la permanencia de los impuestos a banca y energéticas y los gravámenes a las socimis y los seguros privados, fueron tumbados por la Comisión de Hacienda. Se vuelve a demostrar así la debilidad parlamentaria del Gobierno y su incapacidad para alcanzar acuerdos con sus socios de investidura. Un notorio fracaso que pone en entredicho la viabilidad del proyecto de Presupuestos, el de 2025, que además sustenta la senda de reducción de déficit y deuda.