
Tras dos años nefastos para la renta fija, este 2024 se presentaba como ideal para los inversores de deuda, ya que las expectativas de recortes de tipo impulsaban el precio de los bonos. La revalorización de cerca del 4% que presentaban las carteras hasta septiembre confirmaban las buenas expectativas que había puestas en el presente ejercicio.
Pero todo se ha dado la vuelta en octubre. Así, una cesta de bonos globales se ha dejado por precio un 3,4% en los últimos 30 días. Una caída que prácticamente borra las ganancias del año y que se ha producido en buena parte por el retroceso sufrido por los bonos soberanos, que ceden un 4% este mes.
Esta penalización se debe principalmente a la decepción que ha supuesto la ralentización en las bajadas de tipos. Tanto es así que el mercado ha pasado de descontar, en septiembre, recortes de 75 puntos en EEUU hasta final de año a prever ahora solo uno, por 25. Asimismo, en Europa se anticipaban bajadas de entre 50 y 75 puntos básicos a pronosticar solamente una de 25. Los bonos habían corrido mucho en el año y esta corrección en las expectativas de bajadas de tipos ha provocado esta sobrerreacción en el mercado secundario de deuda.
No obstante, y pese a las pérdidas generadas a lo largo de octubre, el actual se presenta con un buen momento para volver a entrar en deuda, especialmente en el caso de la europea. Ello debido a que a diferencia de lo que ocurre en EEUU, la economía de la eurozona sigue dando claros síntomas de debilidad lo que unido a una inflación mucho más controlada, justificaría próximos recortes de tipos por parte del Banco Central Europeo. Unas bajadas que volverán a incrementar el precio de los bonos y a reducir los cupones a vencimiento.