Opinión

El tahúr de la 'poker room'

  • El Gobierno necesita subir los impuestos para pagar el 'concierto' fiscal catalán

El tahúr de la póker room, así definía a Pedro Sánchez el coordinador general del Partido Popular, Elías Bendodo, durante su participación en los desayunos de la Federación de Asociaciones de Periodistas de Radio y Televisión. Y lo hacía aludiendo al lugar de celebración del evento en el Casino Gran Vía de Madrid.

Un tahúr, palabra que la Real Academia define como "jugador fullero", es decir el que intenta engañar con trampas engañando a los demás jugadores, que en la inauguración del curso político se sacaba de la manga el anuncio de nuevas subidas de impuestos. No para mejorar los servicios y las prestaciones púbicas ni para solucionar el caótico desastre de los trenes, sino para pagar a los independentistas el concierto fiscal de Cataluña, mantener su gobierno elefantiásico con 22 ministerios y 1.573 altos cargos y asesores enchufados, que nos cuestan más de 133,6 millones de euros, y para continuar su orgía de gasto improductivo con subvenciones en busca de votos cautivos, a las que ahora añade 40 millones para bicicletas, mientras él utiliza el Falcon y un Audi A8 L Security que nos cuesta medio millón de euros a los españoles.

Y esto lo hace un presidente que ha subido 69 veces los impuestos en seis años de gobierno, utilizando el pretexto de gravar a los ricos y a las rentas de capital, pero que en realidad va a volver a exprimir a las clases medias. Porque es a las clase medias a las que afectan más directamente y más dolorosamente las subidas del IRPF a las rentas del trabajo más altas –el gobierno considera rentas altas los salarios superiores a 40.000 euros-, suprimiendo beneficios fiscales en este mismo impuesto, además de subir el IVA y la tributación medioambiental y obligar a las comunidades autónomas a elevar los impuestos autonómicos como el Impuesto de Sucesiones, que son las propuestas que están sobre la mesa del gobierno.

Solamente la aprobación del concierto fiscal de Cataluña obligaría a aumentar un 29,5% el tramo estatal del IRPF en el resto de las comunidades autónomas, en estimaciones de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, Fedea, lo que supondría una recaudación adicional de unos 13.000 millones de euros. En caso contrario, si el Gobierno decidiera asumir la caída de ingresos sin modificar el IRPF, se vería obligado a reducir la financiación de las demás autonomías en un 10,7% en promedio.

Estamos pues, y si Dios y la oposición no lo remedian, ante un nuevo episodio de vampirismo fiscal en un país, España, donde tenemos el mayor esfuerzo tributario de la Unión Europea, un 17,8%, superior a la media de la UE, y somos también el país el país que más ha subido la presión fiscal desde la pandemia. Una presión fiscal que el Instituto de Estudios Económicos (IEE) estima que ese año se situará en torno al 39% por la introducción de nuevos tributos o la reforma de los actuales, tras destacar que la recaudación tributaria en España volvió a máximos históricos en 2023 y que en los seis primeros meses de 2024 ha vuelto a marcar un nuevo récord con 122.500 millones, un 10% más que en enero-junio del pasado año.

Hoy un español medio dedica el 45% de sus ingresos a pagar impuestos, y en algunos casos puede superar el 50%, lo que expertos fiscales califican inequívocamente de confiscatorio. Y si de la renta de las personas físicas pasamos a la tributación de las empresas vemos que el impuesto de sociedades es un 16% más alto que la media UE perjudicando gravemente la competitividad de nuestras empresas, nuestros productos y servicios, además de que el endurecimiento de la fiscalidad empresarial en España ralentiza el crecimiento económico y paraliza el ahorro y la inversión. También las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social suponen en España un 25,2% del total de la recaudación, mientras que en la UE la media es del 17,7%, con el agravante de que esa usurpación no se dedica a mejorar la sanidad, la educación, los servicios sociales o el empleo.

Como resaltaba el citado Elías Bendodo, "subir impuestos sólo sirve para engordar a las administraciones". Cierto que no en todas partes es así, pero en la España de Sánchez, esas palabras son el reflejo exacto de una realidad incontestable.

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