
La eólica marina está llamada a jugar un papel fundamental en el proceso de transición energética de nuestro país. España, que es un territorio absolutamente privilegiado en sol y viento, avanza en la buena dirección en energía fotovoltaica y eólica terrestre. Sus 8.000 kilómetros de costa y su potente viento en el mar son un fantástico recurso para instalar aerogeneradores en nuestras aguas y poder aprovechar las oportunidades que nos ofrece la eólica marina en términos energéticos, económicos, industriales, sociales, tecnológicos y medioambientales.
La tendencia en Europa es clara: la Agencia Internacional de la Energía señala que, en 2040, la mitad de la energía eólica en Europa será marina. Una industria llamada a jugar un rol fundamental en el proceso de electrificación y descarbonización de nuestra economía y nuestra sociedad, clave para avanzar hacia el mix de generación renovable diversificado que necesitaremos para satisfacer los diferentes perfiles de demanda. Una solución que, además, atraerá mayor industria electrointensiva en busca de emplazamientos que ofrezcan un suministro energético renovable, asequible y estable.
En el pasado, las características de nuestras costas complicaban la implementación de aerogeneradores fijos en el mar. Pero esto ya no es así: el rápido desarrollo de la eólica marina flotante a nivel global ha abierto la puerta al desarrollo de esta tecnología en el sur de Europa.
El Gobierno de España, en su Hoja de Ruta de la Eólica Marina, así como en la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, cuyo borrador establece que deberíamos tener hasta 3 GW de eólica marina operativos en 2030. Los planes del Gobierno para esta tecnología clave para el mix energético son un reflejo más de que estamos dispuestos a tomar la delantera en el sur de Europa en materia de eólica marina flotante.
Ciertamente, es así: en nuestro país, el sector cuenta con el conocimiento, la tecnología y la capacidad de cubrir toda la cadena de valor de una industria dinamizadora a nivel nacional y a nivel local, con alto componente en I+D+i y que, de aquí a 2030, aportaría más de 9.500 millones de euros al PIB, según la Asociación Empresarial Eólica. La misma asociación calcula que la eólica marina pasaría de generar unos 7.500 empleos anuales de aquí a 2030 a superar los 17.000 en 2050. Tenemos el recurso y estamos preparados para el desarrollo del marco normativo y el lanzamiento de los primeros concursos.
El sector celebró la aprobación de los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo en 2023, en los que el Ministerio estableció las zonas de nuestros mares que podrán acoger estas infraestructuras. También fue un avance significativo la publicación del borrador del real.
Decreto que regulará el despliegue de la eólica marina, así como la apertura de un proceso de alegaciones para todas las partes interesadas, que terminó en marzo de este año.
El despliegue de la eólica marina puede desarrollarse aún más. Para los promotores, que seguimos trabajando y desarrollando nuestras propuestas, la aprobación del marco regulatorio definitivo y la posterior convocatoria de concursos representará una importante oportunidad a todos los niveles.
Es crucial unir fuerzas, trabajar juntos y avanzar hacia un mayor desarrollo de la industria lo antes posible. Un marco normativo que contemple los proyectos técnicamente más maduros y capaces de demostrar su compatibilidad medioambiental, su integración local y su aceptación social. Estamos listos para desempeñar nuestro papel en el futuro energético de nuestro país y para impulsar su crecimiento industrial, socioeconómico y desarrollo sostenible.