
Según el Banco de España, al inicio del próximo año, habrá en España un déficit de viviendas del orden de 600.000. Los datos sobre viviendas iniciadas en 2023 y en lo que va de 2024 son deprimentes. En el último trimestre de 2023 y respecto al mismo trimestre de 2022, las viviendas iniciadas sólo crecieron el 0,2% y en el primer trimestre de 2024 decrecieron el número de viviendas iniciadas, el 1,3% respecto al mismo trimestre de 2023.
Durante los cinco primeros meses de 2024 se ha iniciado el proyecto de 10.500 viviendas cada mes. Insuficientes. La prueba de ello es que España se ha convertido en uno de los países europeos con menos peso de los créditos para vivienda respecto al crédito total.
Este problema de la carestía tanto de la vivienda en propiedad como en alquiler se palpa saliendo a la calle en cualquier ciudad, especialmente en la más poblada, que es Madrid. Esa percepción se acrecienta si el que pasea tiene hijos o nietos que siguen viviendo con sus padres sin poder independizarse, ni buscar pareja, ni casarse, ni tener hijos. No sólo es la vida independiente lo que por esa vía está en juego, también lo está el futuro de las parejas y las vidas de unos hijos necesarios para ellos. Para la sociedad española, cuya fecundidad es mínima, trae consigo un proceso de envejecimiento muy preocupante.
¿Falta suelo? Sí. ¿Los intereses de una hipoteca son altos? Sí. Así lo detecta el CIS, que en la última encuesta apunta que el acceso a la vivienda es considerado por los encuestados como el segundo problema que más les preocupa y ocho de cada diez consideran que el Gobierno dedica muy pocos recursos a solucionarlo. Que no haya unos Presupuestos para 2024 y ya veremos qué pasa con los del año que viene no es la mejor noticia para cambiar esa percepción pesimista.
A este propósito, la analista María Hernández ha preguntado a varios expertos y "todos coinciden en que la falta de Presupuestos del Estado es importante pero no definitiva, porque muchas de las políticas y medidas podrían desarrollarse mediante otros instrumentos legislativos como los decretos ley. Más que unas cuentas públicas, echan de menos coordinación y voluntad".
Lo que sí echan de menos tanto los expertos como las empresas constructoras es la reforma de la Ley del Suelo. El Gobierno se vio obligado a retirarla en el último minuto antes de su votación para evitar ser derrotado en el Congreso por la falta de apoyos. Pero esos tejemanejes políticos no ocultan que esa ley es necesaria.
El servicio de estudios del BBVA es más optimista y opina que "existen varios factores que propiciarán un incremento de la producción de viviendas en los próximos trimestres: el mayor crecimiento de la economía, la presión de la demanda ante la reducida oferta de obra nueva y el interés de las administraciones públicas en incrementar la oferta de viviendas".
Y añade: "el nivel de producción es relativamente bajo por la escasez de suelos finalistas, la reducida oferta de mano de obra, la incertidumbre regulatoria y el bajo presupuesto público destinado a la producción de viviendas".
Pues ojalá acierte.