
La tasa de conversión de contratos temporales en indefinidos baja a mínimos en los siete primeros meses de 2024. Solo el 5% de las vinculaciones laborales con las empresas se convierte en fija, lo que retrotrae al mercado laboral a niveles previos de la crisis financiera iniciada en 2008.
Quedan así muy lejos las tasas de conversión de dos dígitos que se registraron en 2022 y en una parte de 2023. Todo se debió a un efecto momentáneo por la virulencia con la que la reforma laboral atacó la temporalidad, lo que sorprendió a las empresas y las obligó a convertir en fijos a miles de eventuales que ya tenían en sus plantillas. Ahora su capacidad para hacer esa transición se ha agotado y deja en evidencia la capacidad de empleo de calidad de la que el Gobierno otorgó a su reforma.