Opinión

Datos económicos: realidad y expectativas

  • Las previsiones no son negativas, pero tampoco se esperan mejoras de calado en la coyuntura

Hace unos días, a finales del mes de julio, vimos dos noticias, correlativas y con diferencia de un día. Por un lado, aparecían los resultados de crecimiento de la economía española en el segundo trimestre del año, fijándose el avance en un 0,8%, explicándose un 0,3% desde el ámbito de la demanda interna y un 0,5% externa (exportaciones); por otro, desde el Servicio de Estudios del Consejo General de Economistas se presentaban los resultados del Barómetro Económico del primer semestre de 2024, donde a través de una encuesta dirigida al colectivo de economistas del territorio nacional, que incluye un amplio abanico de sectores de actividad, se hacía balance del semestre y se aportaban las expectativas para el siguiente.

Al cruzar ambas informaciones parecería que, los que día a día están en contacto con las empresas, las organizaciones, los trabajadores, no aprecian que estemos ante una economía con suficiente vigor estructural o con tendencia al equilibrio de largo plazo, a pesar de los datos en números positivos que arrojan las estadísticas oficiales.

Antes de desarrollar algo más los resultados del citado barómetro, permítanme que les indique que, por ejemplo, los economistas de la escuela clásica, entienden que la economía debe tender al equilibrio por sí sola, sin la necesidad de una regulación excesiva por parte del Estado, o sea la idea central de laissez faire, laissez passer (dejar hacer, dejar pasar), de tal forma que son los intervinientes privados en el mercado, los que buscando alcanzar de forma prioritaria sus propios intereses, aportarían al fin común, digámoslo que sin buscarlo.

Si vemos los resultados comentados, parecería que nos vienen a decir que crecemos pero, ¿cómo es este crecimiento?. Aquellos que poseen una visión concreta y pormenorizada a nivel micro y macro del mercado no aprecian que se tienda al equilibrio de manera perfecta y, por ello quizás, aportan esa distancia entre la estadística oficial y los resultados apreciados más las expectativas de futuro a corto plazo.

Para llegar a esta conclusión, me basaría en el análisis de los resultados que seguidamente vamos a analizar. Por un lado, a nivel nacional, la opinión mayoritaria sobre la situación económica actual es que "ha empeorado" (50,93%) con respecto a los últimos seis meses de 2023, es decir se trasladaría que a nivel interno no se siente, o no llega la potencia del crecimiento estadístico señalado, al menos para todos los colectivos y sectores.

Por otro, y en clave de expectativas, el 76,4% de los economistas estima que la economía española empeorará o seguirá igual (53,42% y 22,98%, respectivamente) en la última mitad de 2024. Este dato, a nivel provincial y autonómico es menos pesimista que a nivel nacional (únicamente el 32,41% considera que la economía de su provincia empeorará y un 28,66% que lo hará la de su comunidad autónoma), por lo que parecería que haya mayor recorrido o expectativas positivas a esos niveles territoriales, aspecto sobre el que sería necesario analizar sus causas.

Por otro lado, y quizás esto si pudiera estar ligado con el comentario anteriormente realizado sobre la escuela clásica, para la mayoría del colectivo de los economistas entrevistados, el factor que más afecta a la competitividad de la economía española a nivel nacional es, de nuevo y con gran ventaja, la presión fiscal (73,4% así lo indican), seguida de los costes salariales (68,1%). Barómetro tras barómetro se pone de manifiesto que son estos dos, con diferencia, los aspectos dentro de una larga lista a escoger por los economistas señalados como mayores lastres para la competitividad de las empresas y la economía española, por lo que lo más sensato sería actuar sobre ellos.

Otro de los resultados reseñables estaría en que los colectivos de economistas con menores perspectivas de ahorro en sus hogares para los próximos seis meses son los economistas activos por cuenta propia (45,7%), los activos por cuenta ajena del sector privado (40,9%) y los jubilados (45,7%), es decir empresarios, autónomos, empleados del sector privado y jubilados. Por el contrario, los de mayor capacidad de ahorro, probable y/o segura, serían los empleados del sector público (con respuestas afirmativas del 63,1%). Asimismo, la gran mayoría de los economistas españoles encuestados estiman que en el segundo semestre del 2024 la demanda interna y consumo de los hogares seguirá igual (45,7%) o disminuirá (37,9%). Siendo una clara minoría (16,3%) quienes estiman que será mejor.

Siendo cierto que las expectativas son menos negativas que en el semestre anterior, también lo es que, teniendo en cuenta el punto de partida, no se aprecian unas expectativas de mejora importantes. Nota final: en relación con la nueva directiva europea de sostenibilidad (CSRD) y su transposición a nuestro ordenamiento jurídico, el colectivo de economistas españoles encuestado considera en su mayoría (52,1%) que, de aplicarse correctamente, tendrá un efecto positivo en la competitividad de las pymes e, igualmente, en un porcentaje mayoritario (42,9%) estiman que la inteligencia artificial tendrá efectos positivos sobre la productividad en los próximos meses; dos aspectos muy necesarios para "dejar hacer".

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